REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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Si
á
las tres g-randes fuentes de riqueza que se han
menc'ionado so agrega el producto de los bienes de la
Corona, entonces más considerabl es que no ahora ,
y
Jos diezmos y primicias que aun no se habían dejado
á
la Igle ia, los ducados de Cornualles
y
de Lancás–
ter,
y
las confiscaciones
y
las multas, liallaremos que
las rentas anuales de la Corona llegaban al total de
un millón cuatrocientas mil libras próximamente,
parte do las cuale eran hereditarias,
y
lo demás con–
cedido al Rey Carlos de por vida; pudiendo disponer
de ell a
á
voluntad, y acrecentar s u hacienda perso–
nal con las economía que hiciera en los gastos públi–
cos. Más adelante trataré de la admini fa·ación de co–
rreos, cuyos rendimientos se dejaron al Duque de
York por acuerdo de las Cámaras.
Hallábanse la rentas del Rey, ó, mejor dicho, hu–
bieran debido estar obligadas al pago anual de ochen–
ta mil libras próximamente, por razón de intereses de
la cantidad retenida de una manera fraudulenta en
las arcas del Tesoro por l a
Cábala;
pero, si mientras
estuvo Danby
á
la cabeza de la admini ti·ación perci -
bi ron sus dividendo
los acreedore , aunque no en
verdad con la esfa·i cta puntualidad de los tiempos
modernos, lo que le sucedieron en el poder fueron
menos hábil es, ó se curaron menos de mantener la fe
pública que no él. De aquí que después del triunfo al-
En el Museo Británico hay algunas canciones sobre el mismo
asunto, pen etradas del mismo espíritu. Una dice asi:
•Ü r. if t hrough poverty it be not paid,
For crnelty to tear away th.i sin gle bed,
On which the poor m•n rests his weary bead,
At once devrives him ot bis rest and. bread .•
(O si no puede pngar por ser pobre, tienen la crueldad de lle–
varse el único l.acbo en q ue descansa el desgraciado su faLigada
cabeza,
y
le quitan el r..poso juntamenLo con el pan.)