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LORD MACAULAY.
Y como casi al mismo tiempo deseara el Rey Gui–
llermo III conocer la fuerza comparativa de las sectas
en que se hallaba dividida la sociedad inglesa, se for–
mó una comisión encargada de reunir
y
ordenar los
datos que le remitieran de todas las diócesis del reino.
El resultado de sus trabajos fué un cómputo seg ún
el cual el número de súbditos ing-leses debía ser pró–
x imamente de cinco millones doscieutos mil
(1).
Finalmente, en nuestros dias Mr. Finlaison , renom–
.brado archivero, sometió los antiguos reg;istros parro–
quiales á todas las pruebas que los progresos modeF–
nos de la ciencia estadistica le permitian emplear, y
.sus investig aciones lo persuadieron de que
á
fines .del
.siglo xvn la población de Inglaterra era un poco me–
nor de cinco millones doscientas mil almas (2).
Y como de estos tres cómputos, hechos por diferen–
tes personas que se valieron para ellos de materiales
diferentes, el más el evado, que es el de King, no ex–
~ede
una dozava parte del de Finlaison, que es el más·
bajo. puédese afumar con plena confianza que en la
·época del reinado de Jacobo U contenía la Inglaterra
una masa de población de cinco millones quinientas
mil almas;
y
adoptando la hipótesis más elevada, re–
sultaría que tuvo menos de la tercera pa1·te de su po–
blación presente, y un número de habitantes apenas
triple al que hoy
contie~e
su gigantesca metrópoli.
(1)
narlymplB'• Appendia; to part u, book
r.
El método de .calcu–
lar el censo de población por medio de las sectas relig iosas estuvo
de moda durante mucho tiempo. Gulliver dice del Rey de Brob–
dignag: •Se rió mucho de mi extravagante aritmética, como él de–
cia, porque calculaba el censo de
pobla~ión
de nuestra tierra por
el número de individuos que sumaban nuestras sectas religiosas
r
políticas. •
(2)
Pre(aC6 to the Population Retu1'tu o(
t8Sl.