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LORD
MACAUT.AY.gar á sus criados. Los pedag·ogos no conocían me–
dio más eficaz de trasmitir los conocimientos á los
alumnos que el palo. Maridos de buena posición no se·
avergonzaban de pegará sus mujeres. El odio de las
hostiles facciones era tal, que apenas podemos con–
cebid o. Los whig·s estaban siempre dispuestos á mur–
murar porque Stafford había sido ejecutado sin que
antes viese con sus propios ojos arder sus entrañas.
Los toríes habían insultado
á
Russell cuando iba d
la Torre en la carreta á ser ejecutado en Lincol's Inn
Fields (1). Ig·ual crueldad mostraba el pueblo á victi–
mas de rango más humilde. Si un criminal era puesto
en la picota, 'podía dar gracias á Dios con tal de esca–
par con vida de la lluvia de ladrillos y piedras que de
todas partes caía sobre él (2). Si lo ataban á la carreta
del verdugo para ser azotado, la multitud se apiñaba
á
su alrededor implorando al verdugo que le azotase
sin piedad, para divertirse con sus gestos (3). Se
arreglaban partidas de .placer,. entre gente de rango,
para ir
á
Bride
Vi
ell los días que se reunia el Tribunal,
sólo con el propósito de ver azotar las infelices muj e·
res que baten alli el cáñamo (4). Un hombre condena–
do á muerte; una mujer quemada viva por mouedera
falsa, no excitaban tanta lá tima como en nuestros
días un caballo lastimado ó un buey ag·obiado por la
excesiva carga. Luchas en cuya comparación los mo–
dernos combates de boxeadores parecerían espec–
táculo humano y refinado, figuraban entre las diver–
siones favoritas de una gran parte de la ciudad. Se
reunia la multitud
á
ver las luchas de gladiadores
11) Burnet,
1,
500.
(2) Muggleton·::o.
Act• o{ ths Witne3Se• o{ the Sp irit.
(3)
Tom Brown describe una de estas escenas en términos que
no me atrevo
á
copiar .
(4) Ward's,
f,ondon Spy.