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J,ORD MACA LAY.
rrrimas ó la sonri a de la
sen ible ó picare
ca
heroínas del drama, r pr entadas por mujere
in
inuan s
y
h rmo as, tornándo e los teatro , por e t
y
otras cau a , en escu la de vicio , de donde huye
ron la per ona hone ta
y
honrada . El mal se pro
pagó por
í
mismo, adquirí ndo proporcione extra
ordinaria ,
y
la
li
enci a llegó
á
er por extremo e -
candalosa; p ro como lo
e p ctador
, p r ertido
y
frívolo , que frecu ntaban
1
t atro, xig·ían nuevo
y
más fu
r t
s
y
viol nto
timulaut
cada tempo-
rada,
y
lo arti ta procuraban
compl a~
rlo en todo,
· sto corrompían
á
aquéllo ,
y
aqu
º
llo.
á
ésto , aca
bando ntr
t odos por hacer una obra de tanta feal–
dad
y
malicia qu
puclo cau ar asombro
y
horro1·
ntre qui en
no aciertan
á
explicar e qu la extre
mada licencia e ef cto natural d Ja r pre i6n excc
iva,
y
que
á
~a
poca d
hipocr
ia uceden, por
con
cu
ncia lógica, épocas de impud ncia.
Ningún d ta.11
ara teriza tanto aquella épo a de
inmoralidad omo el mp ñu que roo traban Jo poe
ta en hacer d cir
á
la actric s los v r o
má
licen–
cio os;
y
como la part de la
tomaba el autor más
lib
r tad
ra
lo r citaba i mpre la clama, nada
deleitar al auditorio ino el oir verso
ros en boca d u.naj o
pon rse
(1).
Cierto s qu los Ing le
d
aqu
1
ti
mpo a imila-
ron
á.
u teatro caracteres
y
fábula dramática d
a -
tilla,
el ·
Francia
y
ha ta d
u
propio
antiguo
maestro ; pero no lo e meno:; que Jo
dramático de
Ja Gran Br taña manchaban ntonc
todo lo qu
to-
(l) J eremías Colliar condenó esta cos tumbre con su fuerza
.y
pen etración h.ibituales.