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LORD MACAULAY.
las minas de carbón de Northumbeland hasta las ori–
llas del Tyne
(1).
Había muy pocas comunicaciones
internas por los ríos; habíanse hecho algunas tenta–
tivas para ahondar y encauzar alg·unas corrientes,
pero con muy poco éxito. Apenas un solo canal na–
vegable se había siquiera: proyectado .
Lo~
Ingleses
de aquellos tiempos acostumbraban á hablar con ad·–
miración y envidia del inmenso canal que Luis XIV
habia abierto entre el Atlántico y el Mediterráneo.
Muy lejos estaban de pensar que su patria, en
el cmso de alg·unas generaciones , estaría cortada, á
costa de empresas particulares, por un número tal de
rios artificiales que, puestos uno á continuación de .
otro, darían cuatro veces la longitud del Támesis, el
Severn y el Trent reunidos.
XXXVI.
ll1AL ESTADO DE LOS CAMl 'OS.
Los viajeros y las mercancias se tra ladaban de un
punto á otro por los caminos real es, que, á lo que pa–
rece, eran bastante peores de lo qu
el grado de
riqueza y civilización, que había alcanzado el país,
hubi era hecho e perar.
En las mejores lineas de comunicación, los caminos
eran profundos, rápidas las pendientes,
y
con fre–
cuencia apenas podían distinguirse, como no fuese en
claro dia, de la malezas y pantanos que los limitaban
por ambos lados. Ralph Thoresby el anticuario se
(1) North·s
Life <ruild(ord,
196.