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LORD MA A L Y.
gada por
l primer ma<ri trndo
ivil a i ra diana
el
un monar a. Cierto que aun no xi tia la dorada n–
rroza qu
anualment a !mira la multitud. En la
grande ocasiones l lord Mayor
pr entaba
á
a–
balJo eguido de una lar<ra cabalgata, iof rior ólo n
magnific ocia
á
Ja qu antes d Ja corona ión · ol–
taba al
oberano d de la Torr ha ta W
tmin t r.
unca se l v ía en público
in la
ca,
l birrete de terciop lo n gTo, la ad na d oro,
las joya
y
numero o
quito de batidor
y
guar–
dia (1).
1
adie encontraba ridícula la pompa
el
qu
con tantemente se rodeaba, por
r tan olo propor–
cionada al puesto qu , como repre en tan te d la fu r–
za y de la dignidad de la ciudad d Londrc . t nía
derecho
á
ocupar en el E tado; d aqu lla
iudad, qu
no sólo no tenfa rival en el pal , iuo qu -
gundo,
y
que por espacio d
uar nta .
había ejercido casi tan grande infiu n ia n Ja polí–
tica de Inglaterra como París actualm oto
Francia. En inteligencia, era Londr muy sup rior
al r
to de la nación,
y
un Gobierno que
tu
i s · 10.
confianza
y
el apoyo de Londr s podía obtener n olo
un dia, una ayuda pecuniaria que ólo d pu
de al–
gunos meses e hubiera podido r unir n todo
de la i la.
'i eran tampoco de pr
iabl
Jo
r ·curro
militar s de la capital. El poder que n otra par
el
l
ejemplo de los sublimes arranques de los Plndaros de la
Clt y.
¡The worsbipful Sir Johu foor!
¡After age tbat neme adore!
(Al muy honorable Sir Juan Moore, cuyo nombre adore la po.s–
ter1 dad
!)
(1)
Chamberlayne.-Stat.e ofEngland,
1604:
Anglla
.lfdlropo/11.
J69il.
Seymour,
London,
1734.