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duda, el Inca -pirca es un templo, y no un templo cualquie–
ra,' sino úno dedicado al culto del Sol. Las razones que adu–
jo el sabio historiador ecu::. toriano son la vecindad del Inti–
huayco,
formación natural, en
la que los indios debieron
ver la representación sagrada y misteriosa del Sol; la aso·
ciación de la supuesta forta 'eza con el ioti-huatana, llamado
Inca-chungana.
(1)
«El Inca-Pirca, escribe, es m('mumento ne–
tamente incásico, y Jo que se ha calificado de fortaleza, no es
fortal eza, sino adoratorio religioso: la elipse es propiamente
una
Sayana,es
decir un terraplén,const1 uído de propósito,con
un fin r e!igioso: la casa era el adoratorio, y, talvez,
la som–
bra que hacía la casa, según la marcha del Sol en Jos suce–
sivos meses del año, en la tarde y en la mañana, servía pa–
ra determinar
los equinoccios y Jos solsticios-Ni la altura
de la elipse, ni sus dimensiones, ni su forma, ni la orienta–
ción perfecta de ella, ni el punto que en la
plataforma~ocupa
el adoratorio, nada indica un destino militar, antes al contra–
rio, todo manifiesta un fin religioso.
El adoratorio no se le–
vanta sobre el diámetro menor de la elipse, sino un poco hacia
atrás, del lado del Occidente» (2)
Disminuyó el valor de la argumentación,el que González
Suárez pretendiera aducir en favor de su hipótesis, el testi–
monio de Cieza de León, referente al templo del Sol de To–
mebamba; y quizás, por ésto tan sólo, no le dieron Rivet y
Verneau su debido valor. Y es que González Suárez al iden–
tificar las ruinas de Yunguilla con Tomebamba, hacía surgir
una serie de dificultades, a cual mayor, para compaginar con
la realidad geográfica los dichos de Jos cronistas.
El Inca-pirca no era el templo del Sol de Tomebamba,
sino el de Hatun-C.ñar.
¿Qué población era Hatun-Cañar?
«Se ll aman generalmente Jos cañares, porque a tres leguas de
aquí
(Puelensí de Azogue) está un pueblo que
se
llama
Hatun-Cañar, que quiere decir en lengua del Inga «la pro–
vincia grande de los cañares» y allí dicen que en tiempo del
Inga Guaynacaba había grandes poblaciones de indios y
a.lli
era la principal cabeza
de estos cañares; y as! parece, porque
en el día de hoy hay grand es y muy suntuosos edificios, y
entre ellos una torre muy
fuerte.
«(3) Cieza de León
aunque solo de paso menciona a Hantun-Cañar, corrobora el
que del nombre de este Jugar tomaron los indios del distri–
to de Cuenca el suyo (4). Lizárraga escribe <<Antes de lle–
gar a este valle (al de Tomebamba), una jornada o dos vivía,
con un apacible a>iento, el señor desta provincia de los Caña-
--(1)
CONZALE~
SUAREZ. Historia general do In república. dt:l
EouaJor-Atlas
Arqueoló:.d~o.
Quito 1892, pfig. 178.
Id, id. Notas arqueológicas. Quito 1915,
p!í~s.
16:!-16!)
(2)
9onzátez
Suárez.
Prehist'lria
ecu~ttoriana.
Quito 1904,
pg.
29.
(3)
r;Jallegos.
l!'ray G;,qpar rle.
Dest:ri¡)ciáu
du
tianu
J.o'raucisco
Puehmsi di;))
AZO,!!llC
En
JilliCII~Z
de la
Espa.dn.n~Jncionts
geogr:'íHcas
do
ludi~•.
Vol.
III,
p¡;.
178. Madrid 1897.
(4-)
Cieza
de
.J:eón.
Prim~ra
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lla i 553, fol. lv,