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vel del mar, en un repecho de la cordillera de Huaira-pungo,
entre el cauce del riachuelo el Hato de la Virgen y el del In–
ca-pirca (Lám. VII) . A 600 metros al N. entre el cauce del
Hato de la Virgen y el del Gualán está el inti-huatana, cono–
cido con el nombre de Inca- chunganr., edificado sobre la cue–
va del Inti huayco (Lám. XIV) .
No dista mucho de este grupo de edificios, la roca escul–
pida, semejante a las que hay en la vecindad de Saxahuáman,
en el Cuzco, conocida con el significativo nombre de Guana–
cauri.
(1)
Las ruinas del Inca-pirca se componen de tres partes: la
elipse con el edificio que ella sustenta; el cercado principal,
que encierra varios aposentos, y tres patios accesorios [Láms.
IV
y
VI].
De estos no quedaban ni huellas cuando Rivet visitó el
lugar; La Condamine las describe así : "Dans 1' état présent
1' enceinte total est divisée en quatre cours. Les vestiges de
la premiere du coté de
1'
Orient sons encore assés évidens sa
forme (W
6
r) est d' un quarré .. .. . . elle étoit, a ce qu' il
paroit, entouré des petits corps ,de logis isolés, plus longs que
larges . . . . . .La segonde Cour
(r,·\.1\ Z)
est un Peu plus petite,
et sans vestiges d' aucun b<itiment. Dans la troisiéme qui
est la plus grande, et de forme irréguliere (X Y Z
6
(\
'W)
je
n' ai remarqué d' autres ruines que celles d' une chambre
quarrée, située dans 1' angle [A] [2]
El patio principal comprendía varios cuartos de piedra
cuidadosamente labrada, con puertas ceremoniales y nichos;
el número y posición de estas estancias no es posible deter–
minar, pues mientras Rivet encontró huellas hasta de cuatro,
La Condamine vió seis, mientras Juan y Ulloa hacen figurar
en su plano más de trece.
La parte principal del monumento es, sin duda alguna,
la elipse (Lám. X) casi perfectamente orientada; el eje mayor
mide de E. a O. treinta y siete metros veinte centímetros y el
eje menor de N. a S. once setenta; la altura de la platafor–
ma superior oscila entre cuatro ochenta y cinco metros
occhenta y cinco centímetros sobre el nivel del suelo; pues no
se trata de una cámara ovoidal, sino de la base curvilínea de
la construcción superior, fundamento: en este caso, elipsoi–
dal o mejor ovoide, semejante a las pirámides tan comunes
en monumentos de otras épocas. Una doble escalera de cin ·
co peldaños conduce, del plano en que están situados los
otros edificios, a la mitad de la altura del parapeto del óvalo,
frente a un nicho ornamental, cerrado con piedras cuidado-
(1)
qonzález Suárez .
Notas arqueológicas. Quito, 1915. Pág. 168
(2)
.Ca Condamine,
citado por
J?iv•l
ol
Vernoau.
Op. cit, pág. 88.