lugar donde nací y
donde debo morir
tran–
quilamente después que haya completado
esta empresa" (la Confederación).
Ha pasado frente a nuestro r·ecuerdo, una
de las figuras próceras de la historia ame–
ricana. Si Sucre fué el creador de Bolivia,
Santa Cruz la organizó con ejemplar dedi–
cación. Pero no le comprendieron. Acaso
por ello,
.el
gran poeta per.uano José Santos
Chocano, en carta dirigida a don José de la
Riva Agüero en
10
de febrero de
1912,
·decía refiriéndose a Santa Cruz: "Sólo una
vez apareció el hombre: he mentado a San–
ta Cruz. Y ¿quién hace ·en el Perú justicia
-fuera de Ud. -a ese hombre de quien
Napoleón III se asombraba no hubiera sido
Emperador?"
JOSÉ BALLIVIAN
(1805. 1852)
Con el derrumbe de la Confederación
Perú-Boliviana y la caída
de
Santa Cruz,
Bolivia se vió envuelta, a partir de enero
de
1839,
en la más grande anarquía políti–
ca. De un lado los "restauradores" y de .
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ro os regenera ores , sumieron a pa1s
en sus querellas de cuartel, hasta que de
esa vorágine revolucionaria surgió el gene–
ral J osé Ballivián. Llamado por el ejército
y
por sus numerosos partidarios, asumió el
mando supremo en horas difíciles para la
Patria, cuyas puertas eran ya golpeadas
por las tropas invasoras peruanas que co–
mandaba el general Agustín Gamarra, en
üctubre de
1841.
La figura de Ballivíán posee relieves ex–
cepcionales en el cuadro, de los próceres
bolivianos. Su nombre está ligado a la his–
toria desde antes de la vida republicana de
Bolivia. Vino al mundo el 5 de mayo de
1805,
en la ciudad de La Paz. Tenía pues,
cuatro años de edad al ocurrir la gloriosa
revolución de Murillo, en
1809,
y la inmo–
lación d·e los protomártires.
Fueron sus padres don Jorge Ballivián
y
doña Isidora Segurola, hija del brigadier
español don Sebastián de Segurola. Ambos
vinculados con familias ricas.
A la edad de doce años, y a instancias
del coronel Ricafort, se enroló en el r·egi–
miento español "Extremadura", abandonan–
do su hogar para trasladarse al cuartel ge–
neral del ejército, en el pueblo de Suipacha.
Participó ·en las jornadas de Jujuy y Salta,
en que ascendió al grado de subteniente.
Como su salud se quebrantara por las fati–
gas de la campaña, fué destinado a La Paz,
en
1821,
como edecán del Intendente Sán–
chez Lima.
Al cumplir los di·ecisiete años, obedecien–
do a las emociones libertarias que habíanse
hecho sitio en su alma, tomó contacto con
los principales patriotas de La Paz, y con
ellos fraguó un movimiento independencis–
ta. Al ser descubierto, tuvo que fugar hasta
Ayopaya. Allí se puso a órd·enes del infati–
gable guerrillero J osé Miguel Lanza, quien
le otorgó, en
1822,
el grado de teniente.
Se batió en la acción de Colomt, donde
cayó prisionero, y, como consecuencia, fué
sentenciado a la pena de muerte. Mas el
juez Mendizábal e Imas, íntimo amigo del
padre de Ballivián, logró salvarlo del pa–
tíbulo, desterrándolo a la isla Estévez, si-
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