tivos cargos. Publíquese. La Paz, 12 de
no:
viembre de 1899. Serapio Reyes Ortiz, Ma–
cario Pinilla".
El coronel Pando se incorporó a la Jun–
ta algunos días después. Al efectuarse los
preparativos para ]a defensa, se proclama–
ba la
'~regeneración
de Bolivia bajo el ré–
gimen federal". Reflejando iguales con–
ceptos, la Junta de Gobierno suscribió el
17 un manifiesto a la Nación, explicando
las causas determinantes para desconocer
al gobierno del Sud y pidiendo que la ciu–
dadanía sumase su voluntad a la del Norte.
Y el país entero se conmovió con los acon–
tecimientos que se precipitaban. Oruro era
ya un distrito federal.
Hasta fin de año no se presentaban otras
novedades que las periodísticas y los pre–
parativos para la contienda. Sólo el 26 de
enero, cuando en La Paz se había comple–
tado la defensa y se tenía listo un ejército
de voluntarios, Alonso resolvió efectuar un
ataque a la ciudad. No pudo cumplir su
propósito. En cambio, primer fruto de la
lucha, el coronel Clodomiro Montes, con–
siguió una victoria aislada en Omasuyos.
El 21 de enero, avanzadas unitarias lle–
garon hasta El Alto, siendo rechazadas. El
mismo día, el coronel Pando, con dos es–
cuadrones, asaltó los furgones con arma–
mentos que llegaban de 'Sucre para la ofen–
siva contra La Paz, desarticulando, con tal
operación, los planes de los dirigentes del
Sud. Alonso, que Uegó a Viacha, tuvo que
replegarse hasta Oruro.
El
lO
de abril de 1899, los dos ejércitos
se avistaron en la pampa de Caracollo, de
Oruro, y entraron en 'acción. La batalla em–
peñosa, definitiva, duró una hora y 15 mi–
nutos. El ejército de Alonso fué derrotado.
Después de la victoria, el coronel Pando
dijo a la Junta Federal:
"Si algún derecho
me concede el pueblo de La Paz, en recom–
pensa, pido que se retiren las cuestiones de
capitalía y federación, para ser considera–
das por la Constituyente; y lo pido en ho-
menaje a la paz pública,
y
a la prosperidad
de Bolivia".
Se reunió una Constituyente, y por ley
de 23 de octubre de 1899 proclamó Pre–
sidente al general José Manuel Pando: pri–
mer vicepresidente, a Lucio Pérez Velasco
y segundo, a Aníbal Capriles. El 25 jura–
ron sus cargos los nuevos gobernantes. La
representación, liberal en casi su totalidad,
agradeció los servicios prestados al país
por los señores Serapio Reyes Ortiz, José
Manuel Pando, Macario Pinilla y Fed·erico
Zuago, miembros de la Junta Federal de
Gobierno. Y dejó subsistente la forma uni–
taria.
El presidente Pando inició su período
constitucional dictando un decreto de am–
nistía y declarando que no reconocía en el
país perseguidos políticos. Propugnaba una
conciliación nacional, que no era fácil por–
que se interponía la distancia entre derro–
tados y vencedores.
Terminaba el ochocientos, y con él caía,
también, el partido conservador. Y coinci–
di·endo con el cambio político, declinaba el
auge de los minerales de plata y comenza–
ba la era del estaño.
La Paz había conquistado su derecho de
ser cabeza de la República. No precisa–
mente por el suc-eso de armas, sino por la
vitalidad de sus hombres, su energía crea–
dora y el resultado de profundas fuerzas
geográficas e históricas.
LA CIUDAD. EN LOS GOBIERNOS DE PANDO Y
MONTES
En los prolegómenos de la campaña ar–
mada, habíase pensado que los móviles no
eran otros que el predominio de regiones.
No había, en realidad, en los
hechos~
tal
objetivo. El gobierno trasladado a La
P~z,
después de la Convención de Oruro, fué, en
términos justos, un gobierno nacional que
procuraba borrar las huellas de la sangre
que abrían abismos de resentimientos. La
Municipalidad continuaba en su habitual
ritmo, atendiendo con recursos propios
obras de beneficencia, ornato, salubridad,
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