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carácter inquieto, belicoso y una conducta

reacia a la autoridad, en ocasiones llevada

hasta la oposición abierta y la protesta

armada.

La lenidad propia de la autoridad en te–

rritorios extensos; la competencia y pug–

na mantenida entre las distintas jurisdic–

ciOnes políticas, :.;eligiosas o judiciales; la

. debía desaparecer, y sobre todo, las varias

tentativas de insurrección fracasadas y el

espíritu democrático que se mantenía vivo

y como un elemento popular en el munici–

pio, fueron otras tantas razones que, to–

mando cuerpo y creciendo cada día con la

aspiración racional innata de independ-en–

cia y de gobierno propio, fueron las causas

Tambo de Quirquincho, edificado en el mismo sitio en que a la fundación de La Paz, el . cacique

Quirquincho tenía su "tampu".

rebelión latente contra virreyes y goberna–

dores, estallando algunas veces y termi–

nando con la deposición de aquéllos por el

pueblo; el derecho libre de queja al Con–

sejo de Indias concedido a cada súbdito

de las

colon~as;

el espíritu liberal de la

aristrocracia, envidiada por la burguesía

criolla; cierto espíritu de asociación litera–

ria y alguna práctica de la libertad de

reunión y petición, extendida más de una

vez hasta el derecho local de sufragio; la

difusión de una rutina judicial adquirida

en los juzgados y la tendencia del criollo

docto a alejarse de la masa popular; la

convicción, desarrollada en tr·es siglos, de

que la desigualdad social y política no era

un defecto de su raza, sino resultado de

una situación precaria que, con el tiempo,

eficientes de la revolución americana. Ellas

fermentaron, para hacer explosión, después,

con la independ·encia de la América sajo–

na, con las ideas democráticas de la Revo–

lución Francesa, con la feliz coyuntura del

cautiverio de Fernando VII en Valencey y

la desorganización peninsular en los años

subsiguientes de 1808.

Toda causa enciena dos principios de

acción: la actividad y la fuerza. La fuerza

obra en el mundo externo, la fuerza des–

truye y vence las resistencias o estalla con–

tra éstas. La actividad, permítas·enos decir–

lo, es la elaboración moral de las ideas para

formar convicción en la conciencia que no

busca desde ese momento sino la oportuni–

dad más segura. Es por ello que hay causas

de simple posibilidad, y son aquellas que

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