Lectura de un bando. La única forma de publicidad que tenían las autoridades españolas para
dar a conocer sus órdenes
y
determinaciones.
portil abierto en la hoja derecha
y
provisto
de un aldabón, cuyos retumbos llenan la
casa anunciando a las visitas. Generalmen–
te, la puerta de calle es la
aljería:
el lugar
de v·enta de los productos que vienen de
las haciendas.
Veamos cómo estaba distribuída la ca–
sa. Si es de dos pisos, en el superior se
encuentran el salón, el oratorio y el dormÍ·
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torio, provisto de camas co:q. ricos
y
com–
plicados adornos de bronce
y
enormes cor·
tinones de felpa· y damasco. Preside esta
habitación un gran crucifijo o alguna otra
imagen religiosa. A continuación, el come–
dor: una mesa larga y labrada; la rodean
escaños o sillas de empinado respaldo
y
un sillón, a la cabecera, para el padre de
familia. Se usa dos clases de vajilla: la
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