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JULIAN SANTISTEBAN OCHOA
dos por don Raúl Porras Barrenechea en su obra citada ·de los Primeros Cro–
nistas.
Cronistas de la Conquista
son: Francisco de Xerez, Estete, Pedro Sancho
de la Hoz, Pedro Pizarra, •Diego de TruHllo, Zárate, Cristóbal de Malina, el al–
magrista, el anónimo sevillano o Cristóbal de Mena y Titu Cusi Yupanki, lla-
m.ado también españolizadamente Diego de Castro.
·
Son cronistas de las guerras civiles:
Cieza de León, Garcilaso en
~u
se–
gu~da
parte, Pedro Gutiérrez de Santa Clara y Diego de Fernánqez, el Palen–
tino, Juan Cristóbal Calvete de la Estrella, Memorias de la Gasea.
Como historiadores
y
costumbristas del siglo XVII,
citamos a! Fr. Antonio
de la Calanchay Fr. Diego de Córdoba. y Salinas, Fr. Buenaventura de Salinas
y Cqrdoba, el ·bbispo Jerónimo de Oré, Fernando de Av·endaño, don Vasco
Valvarde
y
Contreras, dol). Diego de Esquive! y Navía, los Mugaburu (padre
e
hijo), los Martínez y V.ela (paafe e hijo también), F:r. Reginaldo de Lizárraga,
el Padre Coba, Juan López de Velasco, Fr. Alonso Ramos y Gavilán, Fr. Gerc> .
.
.
nimo Román
.y
Zamora.
l,:'Stos escritores han sido estudiados y llamados "Cronistas de Convento"
por Riva Agüero, porque efectivamente casi todos son, y si no todos frailes,
el resto, exceptuando dos o tres, son clérigos. Hay que darnos cuenta que
.,estamos · en el siglQ XVII, donde no tenemos otros centros de cultura y de
formaci'6n qÚe los conventos, y hasta nacientes
un~yersiqades,
como las de
Lim.a y Cusca, estaban sujetos a los dominios
1
o a los jesúítas,
~amo
la de
' Charcas. Es natural, pues•. eneo:t;1trat .córri.a los únicos que podían escribir e
investigar eran los religiosós, qe estas obras, e:asi ninguna ya se ocupa
rais-.
1emáticamente de las
ctvilizacit;>n~s
prehispánica.s, a lg manera de¡
lc~s
cronistas
clásicos, sino sdn crónicas eventuales que en forma coriventual tratan de estos
tóp'icos, como las d,e Calancha; agustino, •Diego de Córdoba
y
Salinas, fran–
ciscano, Lizárraga, Ciominico; Cabo, iesuíta; etc. Descriptores y cronólogos ·
comq
el quiteño "{asc9 de Valverde y Contieras y Diego de
Es4uive~
'Y
Na–
vía, ambos· canónigos de la catedral del _Cusca
y
que
hac~n
los anales de esta
misma ciudad; o costumbristas y cronólogos, como los Mugaburo, para la ciu–
dad d.e Lirria, y las· de Vela para: la fantástica villa de Potosí, muy útiles al es–
tudioso de la ·sociolog{a: y folklore histórico, no · sólo de estas ciudades ·sino
de la vida colonial en general, .de influencia, indígena y resonancia mestiza.
"" Como complemento a estas obras debemos añadir la del naturalista don
EusJbio de Llano y Zapata
{172'1-'l'l~),
con su
f~mosa
obra, fruto ·de sus lar–
gos ,viajes por sudamérica,, titulada
"Memori~s
histórico-físico-apologéticas de
la América Meridional", en 5 tqmos, de
)OSI
cuales sólo conocemos
e1
tomo
I, que trata del reino· mineral
y
tráe algunas digresiones históricas, por lo cual
no la catalogamos entre los otros autores.
Pero sí es necesal'io tener en cuenta:- el Diario de don J1,1an Antonio Suarda,
análoga a la de los Mugaburu, pero que supera a éstos, porque no sólo trata
de Lima, sino de todo el Perú. Publicada en dos volútnenes, l?n Lima, el año
'