LOS CRONISTAS DEL- PERU
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ran per imperativos de
concie;nci~
histórica, .patriótica y nacional. Es muy sen–
sible y más parece malicioso que, dEJspués de haberse
ocupad~
in extenso
de tantos cronistas del Perú en su Biblioteca Andina, salga con esa iivi:;ión
absurda de hispanistas
e
indigenistas mal clasificados
y
con la
~cnclusión
.aú..'l
má's ilógica de creer bueno y santo sólo la indígena y
dete~table
y
r.1.alo
todo lo español; más aún dentro de· su posición netamente anglo-sajona, esto
es peligroso y tendencioso, porque él, como 'muchos otros escritores coterrá–
neos suyos, cultísimos a veces, no pueden acallar su fobia, su rabia y su odio
implacable contra todo lo
qu~
sea español, tan sólo por ser español, y con
malicia y gran astucia, nos halagan por el lado indio, nos mueven el senfi–
mentalismo y nuestro orgullo ret¡nícola, alabando únicamente nuestro pasado
prehispánico y haciendo fermentar inconsciente e ingenuamente eh nosotros
el odio hacia nuestro lado hispánico.
La
táctica de este imperialismo ideoló–
gico. ha dado excelentes resultados; ha .venido la autodenigre.ción hispano–
amdricana, la desuñión
entr~
pueblos de tina misma. farpilia de
sar:gr~
y de
espíritu y que necesita estar unida más que nunca para defender sus dere–
chos ante el mundo. Señal¡a.mos, pues, este ataque a nuestra conciencia na–
c;iona! porque ' tiene seguidores de diversas clases entre noE¡otros que, en for–
ma ip.consciente e ingenua traicionan nuestra historia, ·nuestra
tradición~
nues–
tra propia vida colectiva. Frente a esto debemos tender a 'la realizacióm de una
crítica
·cabal~eresca,
honrada, franca, verdaderai?ente histórica.
Como una muestra más veamos lo
qu~
sigue: los de la escuéla toledana,
dice, muestran premeditada falsificación ,de ia historia y
tien~
carácter vi–
rulento y vengativo.. ¿Cuáles las razones en que se funda? ¿Quién tuvo mas
cultura en el siglo XVI, a la vez que más caballerosidad y heroismo,
qu~
el
taumaturgo doñ Pedro Sarmiento de GanÍboa? Es perseguido y por la Inqui–
si<Jion viliPelldiado,
y,
sin embargo, no hay hombre más patriota. que él y
hombre más í:otegro. Prefiere; la torre de Londres con todos sus horrores an–
tes que las· dádivas de la reina Isabel de Inglaterra. ¿No muere pobre y mi–
serable pero honrado y digno? Y un hombre así, ¿no es digno de crédito?
¿Quién más erudito y veraz que el P. Acosta? ¿,Y el propio Toledo, tan..·de–
nigrado y
crueL
sí con el Inca Tupaj Amaxu, no hizo más bienes al Perú que
todos Jos virreyes en 300 años?? , ¿No vé que sin querer se le escapa su fo–
bia cuimdo no pued:e tachar al cronista
Cristó~al
de Malina; sino de español
y aristócrata? ¿.Cómo nos consta que Garcilaso, grande no por los motivos
que indica Means, escuchó la historia Inca de personas que poseían infor-
' macíones verídicas, y este inca cronólogo no las cita siquiera en su· obra y
~s.~ihE¡
en España cuarenta años de estar lejos. del Perú? Calancha, ¿qué
méritd tisne sino ser un buen fraile y recolector, en comparación de las in–
Jormaciones in situ de Sarmiento, de Acostd.t <:Iel
Pa!enti~o,
de Santa Clara
y de Toledo?
¿Por qué este grupo exclusivo es más digno de confianza y el contrario
-si
'aceptamos. que este grupo
s~a
contrario-- es
c¡ompletamet;~...te nulo~
¿No
vemos en todo ello fanatismo y ausencia de sentido crítico? ,Algo más, des-
/
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