LOS CRONISTAS DEL PERU
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düerer:tes también la habitaron: los kechuas, quebradeños y
~sencialmente
andinos, dulces y soñadóres; los kollas hoscos, bravíos yestoicos, de la fría
meseta; los _yuncas flojos, pero delicados y
~rtistas;
y los selvícol¡¡.s antis, hu–
raños, anárquicos e indomables.
(jan ellos se elaboró la nación dé los Cua-
tro Suy()s, que se hicieron uno ClJ'ando se confundJ,eron en un punto,
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no hecho
por voluntad de hombres, sino por gracia de la propia naturaleza, qu'E3 esco-
gió su centro eterno en esta América,
Y'
por .eso la hiCieron capital y la llf.:
maron-Kossko, o Cusca, que quiere decír centro, corazón y cerebro. Lo que
mejor conocieron los
I~a~
fué la geografía y la estrategia, y con ellas supieron
dominar la tierra y el hombre.
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Cusca está en el centro que unifica, pero
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también en la cultura que domina; sin las noches gélidas de las pampas
kollavinas ni los días tórridos de los bosques orientales, sin los desiertos in–
hóspitos costeñqs, ni la lujuriosa vegetación de la selva, en ella hay el "cli-
mp.x" para que el hombre piense, tr$ie y gobierne.
,
El Perú tiene todas las altitudes y por ¡:::onsiguiente todos los climas, sus
abundantes serranías son venero inaqotable de insospechada riqueza miriera,
sus valles cósteños dan abundanie cosecha y, de
su~ ~lvas,
los antis pre–
h~pánicos
conocieron los secretos de las plantas. Tienen también su fauna
y flora propias; los auquénidos, que s1,1pieron tan bien domesticar, son úni–
«;amente del Per:ú, desde el llama, la "oveja ámeric;ana'', co_mo la llamaron
los cronistas, animal qlle da su lana, su carne y sus lomos delicados para
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el transporte en los más difíciles pasos andinos, hasta la fina, grácil y aris-
tocrática vicuña., que pasea su espleen misterioso "jupto a la·s cumbres fría:¡;
y heladas, que da su lana para .finísimos tejidos; si el maíz, es alimento gene–
ral del continente, sólo
~os
peruanos supieron domestiéar la patata, así como
la vitamínica -quinua y la riquísima
kañiw;~, ~ustitutoria,
con qema-sía, al tri–
go de otros áontinentes. RérZÓn tuvieron los
prehispáni~s
indios de ser un
p~eblo
agricuÜor por excelencia. -
La
~ien:a
lo es todo para ellos. Tuvieron
razón hasta para llamarla "pacha-mama", la madre tierra que les da el sus–
tento, la alegiia, la vida en
t~da
su plenitud. Otro fenómeno interesante: fué
el
ú~ico
pueblo en la América Indígena que conoció el pastoreo.
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¿Y el paisaje interior? Se ha analizado el carácter inqio de divergentes
mane{'as y aun hÓy subsiste la
controv~rsia.
Cronistas que conocieron a los
indios del Imperio, como Morúa, los califica de perezosos, sucios, mentirosos
e inconstantes; y Gomara dice de ellos que son crueles, ingratos, gentes sin
honor, sin pudor, sin caridad, sin virtud; Pedro Sancho dice que el in<;lio no
conoce otra regla moral sino el miedo, y los 'epítetos negativds para el indio
se repiten sin cesar desde entonces hasta nuestros días. Po¡, el contrario,
el lado positivo lo encontramos desde 9ieza de León, muy cerca de la con–
quista y, m&s •tarde, Garcilaso de la Vega Chimpuoillo, en sus añoranzas des–
de España, hasta hoy. Para ejemplo citamos las frases de Luis E. Valcátcel:
"En estas almas (los indios prehispánic.Qs) cal::!ía ,mucha bondad. No las tor–
turaba ningún mal pensamiento. Ni la incertidumbre del más allá, ni el agui–
jÓn del interés, ni el hastío .de los placeres, ni el ácido' mordiente- de ia
mi-
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