LOS CRONISTAS
DEL
PERU
141.
tras servía de plumaria don Martín de Pando, Escribano de Comisión por eL
Gobemador Licenciado García de Castro, y fué dada en
pte~encia
además
de tres generales incas, llamados Suya Yupanki, Rimache Y.upangui y Sullca
Varac, terminándose en ei pueblo bautizado con ·el nombre castellano de San
Salvador de Vilcabamba, el 6 de febrero de 1570. ·Al final servía. también co–
mo testigo otro agustino,
Fr. Diego Ortiz,
que a poco tendría tan triste muerte
y célebre memoria. Este original se conserva hoy en la Biblioteca del Esco–
rial de Madrid.
Muy distinta' habría sido la suerte de los incas de Vilcabamba, y de su
linaje y tradiciones, si hubiese vivido algo más el inca Titu Kusi.
"Efl
España,
su apoderado hubiese pactado las capitulaciones planeadas ya ·en Chúquicha–
ca, pero el destino hizo que se mudara el gobierno del Perú y llegara como
Virrey don Francisco de Toledo, con quien, al contrario, se declaró la guerra
abierta, y se asegura que se planeaba una conspiración ·india en el mismo·
Cusco.·
Titu Kusi escribió al Virrey Toledo ofreciendo capitular, y así
est~
virrey
escribió al rey. Pero este inca debía morir a poco, y sucederle Túpaj Ama–
ru, quien continuó con las
ho~tilidades
contra los españoles. Toledo quiso
obrar primero pacíficamente, enviando a Fr. Gabri¡;¡l de Oviedo con cartas y·
provisiones reales, pero la guerra quedó declarada cuando en el puente de
Chuquichaca fué asesinado su comisionado especial, Atiliano de -Amaya; .
es entonces que en ei Cusco organizó la expedición que iba a luchar contra
Titu Kusi; la campaña bélica certificó que no se luchaba
ya,
contra-este inca..
sino contra su sucesor (Túpaj Amaru), el que, derrotado, f:ué ajusticiádo trá-
~
.
.
gica
y
dramáticamente en el Cusco, en Mayo de 1572.
Cuenta Fr.-Antonio de la Calancha y se dicé en las declaraciones de los
testigos la muette de Titu Kusi Yupanki, como éste fué a .la tumba donde su
padre estaba enterrado y al volver bebió bastante estando sudoroso, de re–
sultas de ello le dió una bronconeumonía fulminante. La desgracia hizo que
Fr. Diego Ortiz acudiera al Inca con un huevo y un poco de pimienta, ·el inca
murió a los pocos días de su mal, pero los indios acusaron de crimen al fraile
agustino, al cual obÚgaron ·a decir una misa
'Y
amenazándolo que si no resu–
citaba el inca al final de ella lo iban a matar; el inca no resucitó, entonces los
indios arrastráron al padre Ortiz, lo maltrataron y lo llevaron descalzo hasta
Pucyura, en donde le dieron la muerte más atroz: la de garrucha, que se acos–
tumbraba en Arauco, suplicio que consistía en ser trapasado con un palo–
puntiagudo por todo el cuerpo; así murió el llamado "Proto-mártir del Perú",.
y
su cuerpo más tarde fué trasladado a la Iglesia de San Agustín del Cusco,
mientras Titu Kusi recibía la última adoración gentílica incaica en su resi–
dencia de Vilcabamba o Wilcapampa.
Para termi;nar este relato,
y
tener un dato acerca de las creencias religio-–
sas del Imperio indígena, veamos el dato siguiente: cuando vieron los indios
que llevaban a ajusticiar a Fr. Diego Ortiz, que éste se encomendaba a Dios.
y
frecuentemente levantaba la vista al cielo, una vez muerto decidieron ente--