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LOS CRONISTAS DEL PERU

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do desengañado de su gobierno de

~pereta

frente at invasor se resuelve dar

el postrer y máximo esfuerzo indio en pro• de su independencia. Esté es uno

1

de los· más gloriosos episodios de la América aUJtóc:tona, que tiene pocos pa-

ralelos en aquel tiempo. Después de asediar terriblemeBte, y por varios

m..é–

ses,

al

Cusca y Lima, reductos de los 'españoles, ql ver la "imposibilidad de

1

la lucha -se decide a fundar una corte de resistencia en ,Vilcabamba, con todo

el 'cortejo de su real familia y generales tle su ejército: desde allí irrum¡::>e

constantemente .sobra el camino que desde el Cusco conduce a la Ciudad

~a

los Reyes, sembrando er' terror entre los viandantes hispanos de la recién fun–

dada colonia. A su muerte,

deb~do

a la ingratitud de unos soldados alma-

. gristas refugiados, deja tres hijos; Sayri Tupaj, Titu Kusi ·Yupanki y Túpaf

Amaro, haciéndose cargo del incazgo y ciñendo la mascapaicha el' primero

de ellos, quien fué reducido en tiempo del Vi,rrey Marqués de Cañete, ·dán–

dosela en compensación el marquesado de Oropesa, ep. el valle de Yucay,

donde este Inca muere de nostalgia y de pesar de su peydido gobierno y po–

derío. Esto ocurría: en el año de

1560.

A la nn.ferte de Sayri Tupaj, que es lo más probable y no antes, su her–

mano Titu pretende asumir el cargo de Inca de Vilcabamba, pero se le en–

frenta su

herman~

Túpaj Amaru, alegando rriayor derecho: Titu Kusi lo destie–

rra a plena selva (segÚn Cúneo Vidal al PaititÜ, donde lo encierra en un con–

vento de "aJllas'' o eséogidas, para que éstas, con sus halagos exagerados,

lo atonta.J;"ari, como así sucedió. De ahí nació el apodo de "tltij" o el atontado: '

así sufría el Inca legítimo, mientras el bastardo Titu Kusi se alza de Kápat.

In~

o soberano. Quizá ésta sea la razón ,por qué no lo mencione Garcilaso,

introduciendo -gran cpnfusión en la historia y dejando una gran laguna en

la continuación de los hechos de los incas de la conquista; porqtie no puede

alegar ignorancia de ello, constánqoncis que minucias menos importantes las

consigna en sus Comentarios.

Estando al frente del Virreynato, en calidad de Gobernador,

~1

licenciado

don L0pe ·García de Castro, intentó, muy

diplomáticamen~,

reducir al alzado

inca Titu Kusi, como el marqués de Cañete lo había hecho con Sairi Tupaj.

En

'ef~cto,

lo primero que se consiguiÓ fué que entraran a Vilcabamba, varios

clérigos

y;

frailes,

principal¡:nent~

de la. orden agustina del cc¡>\lv.ento

~el

Cusco.

De esta manera Fr. Juan de V1vero, el

28

de agosto de

1568,

logro b¡mtize.r

al Inca, ilhponiépdole el

nombr~

de. Di,ego y el apellido de Castro en honor.

del Gobernádor su padrino; un año antes habían logrado también bautizar a

1

su hijo Felipe

Qui~pe

Titu, de manos del clérigo Antonio de Vera; introdu-

jé~onse

tatmbién gentes de pluma, que le

s~rv.ían

de secretarios, mediante los

cuales mantenía viva 'corresp<'-ndencia con }Dersonaies del Cusca, entre ellos

con el cél¡:¡bre cuñado de Atao Wallpa, don Juan Díez de Betanzos, cronista

que gozó de mucha confianza entre los indios.

.Pero quien casi logra hacer capitúlar 9-l Inca Titu Kusi es el comisionado

de~

Gobernador Castro, el ilustrado jurista, Oidor de la Audiencia qe Chii\I–

cas, a la sazón de paso por el Cl.\s co; don Juan de Matienzo. ESte tuvo una