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JULIAN SANTISTEBAN

OCHOA

cer una anotación muy importante y es que, al tratar de los cronistas,

del Império, hablamos ya de varios, a,utoridades en la materia, que se ocu–

pan preferentemente también de las Guerras civiles de la Conquista del Pe–

rú,

razón por la cual ahora los omitimos, son éstos: Cieza de León, en sus

famosos libros de

39

al

79,

titulados de "las guerras", como el de •la con–

quista, de las Salinas, Chupas, · Quitp

y ,

de Xaquixahuana, siendo tan buen

cronista como lo fué del Señorío de¡ los Incas. El Inca Garcilaso de la Veqa,

en la segunda parte de su obra, o sea, la llamada Historia del Perú, en don–

de toda ella se ocupa de la época que tratamos, y el Contador f.\.gustín de

Zárate, que después de ocuparse de la Conquista española, narra las demás.

guerras civiles hasta la Revolución de Gonzalo Pizarra; advirtiendo, además,

que todo.s estos tres son testigos o. actores, al menos

~n

parte de lG que es–

criben.. Así, Cieza está bajo el estandarte de la Gasea has_ta Xaqliixahuan9-,

y es gran amigo del Pacificador; Garcilaso es el testigo niño de las contien–

das hispánicas, en donde su padr"e juega un papel importante, que tanto lle–

garon a qraba!'se en su mente y que tan fune:stos resultados dieron. a su vida

futura en España, dond!3 tiene que

l~char

con el jurista recalcitrante don Die–

go Fernández de Palencia, escribiendo su obra como una refutación y narran–

do hechos posteriores, hasta la Administración de Toledo;

~1

Contador Zára–

te, llegado al Perú con su ' tío el Oid,or de} mismo

ap~lido,

tan leal a la

Cér

rana y tan contrario a Gonzalo Pizarra y a cuyas consecuencias hubiera ex–

puesto hasta su vida en esos trágiCos momentos, y a manos del Demonio de–

los Andes. Por estos motivos, véanse las partes referent€ a Cieza de

León.

Garcilaso de

la

Veqa y Agustín de Zárate.

44.-Pedro Guüérrez de Santa Clara.-Es a la pluma y a la: paciente in–

vestigación del· prestigioso historiador español don

1

Manuel Serrano y Sanz,

quien en 1904 pusiera en claro la vida· y obra del insigne mestizo don Pe–

dro Gu!iérrez de Santa Clara, al que debemos la biografía y la crónica titula–

da "Las Guerras Civiles del Perú". o "Quinquenario", los cinco libros más pre–

ciosos y de mayor valor que poseemos de esta turbulenta y típica época, con

la que se ·inicia la vida del Perú.

·

Por declaración del autor sabemos, con certeza, que no nació en España,.

lue9'o lo fué en Indias; el punto donde meció su cuna aparece obscuro has–

ta hoy, pero podemos asegurar con fimdamento que fué en México, por tar..–

tas relaciones indirectas que ,él mismo nos dá en sus escritos y por declarar,'

en su prbemio, ser "vezino de la gran cibdad de México Thenuchtitlan, de la

Nueva Bspaña". Aclararíamos, además, por su estilo, por su caligrafía clara

y fuerte, heredera de los escritores pintores. aztecas precoestecianos, y por,el.

amor que pone en las cosas de .la tierra mexicana; que era suya, en lo que

se parece a nuestro Garcilaso, pues es mestizo como

~ste,

fruto del amor

" · de india y de español. Serrano y Sanz afirma que fué hijo de don Bernardino

de Santa Clara, natural de Salamanca, quien llegó a la isla española con la

expedición de Obando, en 1502, de donde pasó a la isla de Cuba

y

de allí a la.