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Otrcs lnkas observaban los

talleres donde

se confeccionaba

las

bella~

usuta: para los nobles

i para los

aukis, cuyo

regalo

iban a recibir de manos de Ca–

p-itanes excelsos.

Numerosos

artistas muchi–

kar dirijían

a los

artistas

ta–

huantinsuyus en los

trabajos de

arcilla: en la composición de las

ánforas maravillosas, los hermo–

sos floreros, los vasos

i

gra-ciosas

vasijas que

representaban séres

humanos, frutos, monumentos,

i

!a vida de ese pueblo tan singu–

lar.

Ahí estaba Uilka Kunti, cu–

yas manos maravillosas habían

pla~mado

en vasijas eternas, los

retratos de Chimu Kápac

i

de su

Corte, en

magi~trales

ejecuciones

que habían maravillado

a

los

lnkas i aún al propio Monarca.

T úpac Rimachi

se detuvo

ante la.s concepciones grandiosas

del

insigne

artis~a;

esa vadj a

representaba la 1ucha de un gue–

rrero serpiente

con un guerrero

cangrejo; esta ótra, un viaje del

Señor de su tierra en rica litera

por amplio camino bordeado de

algarrobales;

esta ótra a Mana

Huáñuc tocando su kena en una

noche de Luna; ésta, a un noble

con alas

en actitud

de volar;

éstos er:m

retratos

de ciegos,

de co11denados

a muerte;

de

mutilados; . . . . . . Pero

en esta

colección estupenda que comen–

zaba con las

armas e istrumen–

tos usados en el Imperio, el ar–

tista estaba

plarmando

en el

barro, toda la Historia grandio-

-27-

sa

1

heróica de lo1:. Hijos del Sol.

Atónito quedó

T úpac Ri–

machi ante el ánfora que repre–

sentaba

a lo vivo

al Empera–

dor ....

-No hai duda

que Púnchai

te ha dado tan maravrlloso po–

der- dijo al artista.

Ui1ka Kunti

contestó son–

riente:

-Cuanto producen mis ma–

nos son para

él.

1 se inclinó respetuoso.

T úpac

Rimachi se

retiro

pensativo . . . . T ahuantinsuyu e–

ra verdaderamente g1l•orioso .....

~os

talleres eran un hormi–

guero, cuyo murmullo es.pecial

producido por

el ejército

del

trabajo, iba más

a.l~á

de los mu–

ros de la ciudad.

Los arrabales se hinchaban

asimi~.mo

de gente, i, los numero–

sos trabajos

se alegraban

con

cantos, con

gritos i riras.

En

T ahuantinsllyu no habían traba–

jos forzador i mucho meno.s pe–

nosos.

Grata alegría

presidía

todo trabajo: las -siembrar, des–

yerbos,

cosechas ..... : todo se

hacía cantando

i al són

de la

múúca istrumental ·

a~f>ropiada.

El Trabajo era senci-llamen–

te una fiesta 1

1 aquel'los trabajos, aquellos

preparativos para una fiesta um–

ca i tan ecoperada,

eran el más

noble placer.

¡Quién no iba

a llenar su

cerebro i su corazón con la más

grata esperanza,

i a colmar su

fantasía esperando la fieota más

grand~

del Imperio del Sol! ....