La crisis de 143
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prende de un pasaje de Bias Valera:
"en tiempo de Viracocha
1
nga, fueron muchos destos ministros
(los ministros mayores
del culto, ha dicho anteriormente)
causa principal para que
se amotinase y rebelase el pue'blo, y particularmente Hanta–
huaylla con los Chinchas, de donde resultaron grandes guerras,
i
casi perderse el reino"... (Relación,
página 172).
Recordando que en el historial de los personajes homó–
logos de la lista reaparecen imágenes reflejas de Pachakuti IX,
no nos sorprenderá leer en las
Memorias
que el Pachakuti I
de Montesinos, Sinchi Kkuski Pachacuti (4°) en .su extrema
edad vió consternado desarrollarse
"un alboroto en el Cuzco,
que le puso en confusión" (Memorias,
cap. IV
in fine).
Sa–
biendo que este Sinchi Kkuski es una reproducción fiel del
Wiraqocha-Pachakuti del Inkario, puede el historiador abri–
gar la seguridad de que la tradición del tumulto formaba
parte de la biografía de este último. En otro pasaje, las
M
e–
marias
(cap. 26
in fine)
insisten en la pesadumbre que in–
vadió al pueblo, cuando tuvo noticia de la tristeza del rey
Wiraqocha
y
de su causa; en cuanto al rey mismo, acosado
por la obsesión del próximo fin del Imperio,
"acabó su vida".
No sólo en el reinado de Wiraqocha aparecen los signos ce–
lestes, sino también en el de Qhápaq Yupanki (IV), Inka
de la serie de
Urin-Qosqo
que tiene sobradas atingencias con
el tema del cc·mplot entre hermanos: dos cometas aparecen
en el cielo, y los adivinos profetizan el fin del estado
y
grandes
calamidades
(Memorias,
cap. 20
in principio).
Igualmente
se presentaron los cometas durante el reinado de Manku
Qhápa:q II (6°) para predecir la destrucción del mundo por
sus pecados
(Memorias,
cap. VIII)
y
en efecto sobrevino una
peste que despobló el Perú; trozo que hemos reconocido ser
propio de la descripción del final del I milenio
(Rel. de Am.
No 8, pág. 69). Otra crisis análoga es anunciada durante el
reinado de Wáman Takko Hamautta (64°) por cometas,
terremotos,
'y otras señales prodigiosas',
que precedieron al