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J.
Imbelloni: Pachakuti IX
No creemos, naturalmente, en la existencia de un Mango
Sapaca hijo de Sinchi Ruqqa, porque al primer amago de
revisión crítica que hemos intentado, su personalidad se ha
esfumado en la sombra de un nombre
(2
6 ),
mas vemos, en
cambio, que a los cantores genealógicos
y
de gestas les resultó
cómodo convertir esa sombra en un personaje, cuando se
trató de dar cuerpo a las figuras de la serie duplicada,
y,
en
· particular, a la transposición de la saga del Yupanki. ¿No es
este hermano primogénito desposeído por el héroe, un simple
duplicado de aquel Urko o Urkon hijo de Wiraqocha
y
pre-
( 26 )
Sigamos más detenidamente los pasos de este personaje, en las
fuentes. Que el
Mango Sacapa
de CABELLO DE BALBOA sea un solo hombre
con el
Mango S apaca
de SARMIENTO DE GAMBOA, nadie debe ponerlo en
duda, pues en ambos Cronistas, que evidentemente bebieron en una misma
fuente más antigua, se trata del hijo de Sinchi Ruqqa.
Obsérvese que, en un primer tiempo, ambos Cronistas tienden a
presentarlo como único hijo de ese soberano. Por un lado (pág. 13) Cabello
de Balboa afirma simplemente que Sinchi Ruqqa engendró a Manku
Sakapa: por el otro Sarmiento (cap. 13) nombra a Mango Sapaka entre
los cuatro primeros pobladores del valle del Huatanay, que serían Manku
Qhápaq, Mama Wako, Sinchi Ruqqa y Manku Sapaka.
Más tarde, Balboa refiere que a la muerte de Sinchi Ruqqa le sucedió
Lluki Yupanki, que era el hijo primogénito, entre muchos (pág.
15). A
su vez Sarmiento asevera que, muerto el Sinchi, ocupó el incazgo Lluki
Yupanki, segundo-génito, a pesar de que la ley sucesoria reconociese tal
derecho al hijo mayor, Manku Sapaka (cap. XIII).
Cabello, como olvidado de la rivalidad entre los dos hermanos, ter–
mina por narrar que Manku Sakapa, viendo que el ya viejo soberano
Lluki no tenía descendencia, se empeñó en buscarle una esposa. Salió
del Cuzco con el fin de pedir la mano de Mama Qháwa, y, vuelto a la
ciudad, entregó a su hermano la nueva Qoya, en que debía perpetu11rse
la descendencia de Lluk1. Una biografía, en suma, harto pobre, que no
menciona la vertencia dinástica de que se hace eco Sarmiento, en que
se reproduce un episodio biográfico peculiar de la tradición del Inkario.
N
o tan insignificante, sin embargo, si pensamos que nos permite resta–
blecer el papel de perfecta homología que el Mango Sacapa de Cabello
desempeña en correspondencia del príncipe que en la serie de Hanan-