Desconocen a Pachakuti
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portancia intrínseca de cada tesis, sino en el hecho que nos
permiten aseverar, en definitiva, que dentro de las fuentes
las cuales hacen mención de un soberano Pachakuti o Pacha–
kuteq, se encuentran todas las colocaciones posibles a lo largo
de la hilera de reyes comprendidos entre Ruqqa y Wáyna,
que figuran en número de 4 en los demás Autores y de 5 en
los
Comentarios
y en Betanzos.
Esto sin tocar el tercer grupo de fuentes de que hablamos
en el párrafo 13, cuya característica es la de mantenerse mu–
das en todo lo que atañe al Pachakuti del Inkario. Son ellas
el
Señorío de los Incas
de Pedro Cieza de León, la
Historia
de las guerras civiles del Perú
de Pedro Gutiérrez de Santa
Clara y las
Memorias Historiales
y
Políticas
de Fernando
de Montesinos.
En lo que concierne a la inclusión de Montesinos en esta
agrupación, es justo que el lector reclame algunas explica–
ciones, después de leer lo que sobre este Autor se ha averi–
guado con atingencia a los Pachakuti. Para plantear la cues–
tión con propiedad, empezaremos por transcribir la opinión
de Sir Clements R. Markham sobre este punto: "Viendo
que su amplia lista de reyes antiguos estaba vacía de hechos,
y habiendo leído la historia de los Incas, tomó Montesinos
las hazañas de los Incas y sus instituciones y las distribuyó
entre los retnos de los antiguos soberanos. Pero las dificul–
tades comenzaron cuando tuvo que escribir sobre la dinastía
Inca. Se ingenió de superarlas, omitiendo por entero al más
grande de los Incas- Pachakuti- con todas sus poderosas
empresas e ilumin3tdas reformas, ya que todas las había ya
atribuído a uno de los más remotos soberanos, próximo a la
época del Diluvio" (
19 ).
Evidentemente Markham ha notado
(1
9 )
Sir
CLEMENTS
R.
MARKHAM.-
lntroduction
a la edición monte–
siniana de la Hakluit Society, Londres, 1920, cuidada por Ph. A.
MEANS
(ya citada en la nota 8 de la
Ia
Parte). Véase la página 15 de dicha
In–
troduction.