Table of Contents Table of Contents
Previous Page  156 / 324 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 156 / 324 Next Page
Page Background

142

J.

Imbelloni : Pachakuti IX

gundo tiempo,

y

prefiriendo seguir fieles a nuestro natural

descreimiento a propósito de la aplicación del criterio esta–

dístico, sería nuestro cuidado trasladar este asunto al plano

de la cronología, que es su lugar propio, porque la cuestión

se reduce a calcular si de la muerte de Wiraqocha a la muerte

de Wáyna es suficiente contar tres generaciones, o es me–

nester - en cambio - que se inserte una cuarta (

15 ).

( 15 )

El año de la muerte de Wiraqocha fué el 1438 de la Era Vulgar

según los datos de CABELLó DE BALBOA; el de la muerte de Wáyna Qhá–

paq el 1525.

Mientras la primera fecha admite variaciones- a veces muy am–

plias- en los distintos Cronistas y Autoridades, la segunda sólo las

admite de uno o dos años, porque está ya comprendida en el período

español de la historia de América. (Wáy;na sobrevivió ocho años a la

llegada de Vasco

N

úñez de Balboa a las costas del Perú, según BLAS

VALERA, en

Comentarios Reales,

pág. 319, lo que pone su muerte en 1523.

SARMIENTO DE GAMBOA, por su parte, consigna la fecha de 1524) .

Con respecto a las fechas de Cabello de Balboa que se refieren a los

últimos reyes Inka, no es dudoso que deban reputarse como las más

autori~adas

entre todas las que nos brinda la literatura cronística.

Es conveniente, quizá, que aclare la naturaleza de esta literatura

en lo referente a la cronología del Inkario. Tanto los Cronistas, como

las Autoridades, en la tarea de asignar fechas y duración a los reinados,

se encuentra!}- como lo hemos averiguado en varios lugares- ante

la necesidad de repartir en 11 porciones la suma de años que cada uno

ha atribuído al intervalo entre Manku y Wáyna,

inclusive.

Algunos dis–

tribuyen los años de man era que tanto e;n el principio, como hacia el

fin del Inkario, las oscib.ciones alrededor del promedio aritmético resul–

ten más o menos equivalentes (por ejemplo, PoMA DE AYALA y GuTIÉRREZ

DE SANTA CLARA); otros advierten, en cambio, la conveniencia de reducir

la duración (del reinado y de la vida) que corresponde a los reyes .-del

último período, próximos ya a la historia propiamente dicha, con el fin

de no a-signar cifras fantásticas e increíbles a soberanos cuyos recuerdo3

se encuentra en cierta medida accesible. Pero también con relación a

este criterio se distinguen diferentes aplicaciones. Vemos, por ejemplo,

que SARMIENTO DE GAMBOA aun conserva para los últimos dos reyes

cifras inatendibles, mientras CABELLO DE BALBOA a partir del sucesor

..