P., exp-resión mítica
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siempre concreta, que se suceden uno a otro a partir del origen
de la vida en la tierra, que fué el 'primer Amanecer', hasta el
'Desvanecimiento final'. Su número es fijo,
y
vinculado a
la mística del pensamiento tetráctico. Se cuentan, en efecto,
4
Edades que están íntimamente conexas con los
4
puntos
cardinales,
y
su conjunto cronológico llena el gran vacío del
tiempo transcurrido; además una quinta Edad, correlacionada
en sentido espacial con la concepción del Centro, es la Edad
histórica, que el pueblo respectivo está viviendo actualmente
(con relación, se entiende, a la época de las fuentes) en la
espera del final definitivo. Las Edades del Mundo reciben en
la región mexicana el nombre de Soles, el que hemos encon–
trado igualmente en las fuentes más antiguas del Perú"
(Reli–
giones de América,
No
10, pág. 159). Sobre la terminología de
las Edades en el Perú, que comprende el nombre genérico 'Sol',
o 'Año Solar'
(lntipwata)
o año magno
(Qhápaq-wata)
o 'Gene–
ración', 'Gente'
(Runa)
o 'Tiempo', 'Epoca'
(Pacha),
véanse
Rel. de Am.
No
11, pp. 41
y
63,
y
Rel. de Am.
No
12,
passim.
"La serie conjunta de las Edades desarrolla una línea
cíclica, pero también cada una de ellas por separado repre–
senta a su vez un ciclo, compuesto por varias fases: tiene un
comienzo, un período de estabilización
y
un final. Este 'final
de Edad' es siempre un aniquilamiento... Pero, al lado del
aniquilamiento puro
y
simple, se evidencia también el sen–
tido de 'castigo', lo que implica la admisión de una culpa
y
de la respectiva sanción"
(Rel. de Am.
No
10, pág. 190).
En ese_mismo trabajo fué presentada la continuidad de
las Edades como una serie cíclica dispuesta ·a imagen del
esquema siguiente:
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ULTIMO
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11
IV ·
V
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