P., expresión mítica
101
mento Aire, la destrucción del Mundo por el huracán dícese
wayray pachakutiy.
Fácil es deducir de ello que el verbo subs–
tantivado
pachakutiy,
sin aditamiento que indique el agente,
contiene el puro concepto de 'calamidad' y destrucción del
Universo.
Y sin embargo, si nosotros dijéramos, en virtud de estas
averiguaciones, que
Pachakutiy
significa 'fin del Mundo',
estaríamos muy lejos de captar el valor real y total del vo–
cablo. En tal defecto cayeron los vocabularistas que aca–
bamos de citar, Torres Rubio, Holguín y Bertonio - cuyas
obritas, sin embargo, representan el más inapreciable tesoro
de la lexicología Qhéchwa-Aymára - y no podían evitarlo,
porque nadie está obligado. a incluir en un diccionario un
tratado de filosofía religiosa.
. Para facilitar la comprensión de estos fenómenos, que son
ciertamente lingüísticos y lexicológicos, pero pertenecen antes
que nada a aquel proceso intuitivo de ciertos pueblos de cul–
tura que llamamos la formación de su
Weltanschauung,
he
de enviar al lector a mi Memoria
Religiones de América
No
10,
en que se resumen las características de las 4 Edades del
Mundo, concepción propia de la cultura que pertenece a la
Proto-historia, y en América comprende a los pueblos anti–
guos de México, Yucatán, Guatemala, etc., y a los de Co–
lombia, Ecuador, Perú y Bolivia. En sus páginas hemos ana–
lizado la tendencia propia de la mentalidad proto-histórica,
que aspiraba a satisfacer, mediante la construcción de esa
doctrina, su doble anhelo cognoscitivo y clasificatorio: 1
o,
sis–
tematización del espacio en sectores calificados y 2°, organi–
zación del tiempo en segmentos sucesivos, diferenciados.
Dijimos allí que los medios de diferenciación, en ese proceso
que convierte lo amorfo en especializado, son el sentido 'cro–
mático' con que se distinguen 'Orientes' y 'Edades', las per–
sonas de Regentes y Dioses que presiden a cada una, la in–
tuición de diferentes destinos que a cada una brindan su efi-