P., expresión del lenguaie
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pronúnciase
"apretando los labios y rompiendolos con el aire
de la voz",
y significa ropa de vestir, ajuar y hacienda per–
sonal. Que hubiesen en el Perú, en el siglo
xvn,
incluso maes–
tros de la lengua que ignoraban ambas diferencias de sonido y
significado, y además confundían en uno solo ambos vocablos,
no hay lugar para dudarlo, a pesar de lo increíble,
y
quien
desee averiguarlo leerá con regocijo el sabroso pasaje de Gar–
cilaso (lib. II, cap. 5; pág. 39,2), que es una aprovechada
lección de fonética y escritura.
El ejemplo de Sarmiento no es el sólo que nos ofrece la
literatura de los Cronistas. Véase en la obra de Fray Martín
de Morúa el pasaje (lib. II, cap. 2) que dice:
"a esta causa se
llamo Pachacuti, que quiere decir volver la tierra y, por otro
nombre, quitado y desheredado de lo suyo".
De este trozo resulta
que Morúa creyó igualmente exactas, y por ello intercam–
biables, la traducción 'Tierra, Mundo, Universo' y la otra
'bienes y hacienda personales', y aunque tuviese conciencia
de que entraban en juego dos palabras o 'nombres' distintos,
no alcanzó a advertir la diferencia del sonido ni la correspon–
diente escritura según nuestro alfabeto. Morúa reconoció
indiferentemente
pacha
y
ppacha
en el primer segmento de
la palabra, y en el segundo la acción verbal de uno de los
muchos derivados del verbo
kutiy
que aparecen en nuestro
prospecto del mencionado trabajo del Congreso Internacional
de Lima. En cuanto a la acepción que tiene el vocablo 'tierra'
en la primera versión de Morúa, de ningún modo coincide
con la de 'territorio y hacienda' adoptada por Sarmiento, y
vale en cambio por 'Mundo' y 'Universo'; tenemos prueba
de ello, irrefragable, en el curioso y preciosísimo episodio
del personaje apocalíptico aparecido -
como lo narra Morúa
en el mismo trozo de su
Historia-
sobre las montañas que
circundan al Cuzco, quien sostuvo con el joven Pachacuti
un diálogo de vida y de muerte, al que hemos de volver, en
la III Parte, con renovada atención.