Table of Contents Table of Contents
Previous Page  345 / 430 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 345 / 430 Next Page
Page Background

/

1

'

orgullosos, escabeles de veinte centímetros de alto, mesas que

Uegap apenas a las rodillas, un .Sa·co harinero d:e

mant~l

y

un colchón que es sólo una gran manta doblada en tres,

colocado

sobre una

tarima de greda construida en un rin–

cón. ¡Sin

em.ba.r.go,

' ,es bastante más que lo que tenia

e~l

Di–

vino Maestro cuando ·vino al mundo!

*

En cuantO a la ·cultura · ·espiritual de estos pobr·es indios,

s-ólo diremos que su ignorancia ·es mayor que s:u 1ndig.en–

cia; no es de extrafiar, ya que aquellas grandes extensiones

estén cas'i totalmente desprovistas de clero. ·

~1

departam·ento de Ayacucho abárca

200,000

kBómetros

cuadrados, donde aldeas y ciudades se hallan dispersas por

v~lles,

quebradas y cimas, y unidas entre sí por senderos

y caminos intransitables. Hay sólo setenta sacerdotes para

las parroquias de aquella región montafiosa. Por lo tanto,

los

"pasto~es"

no ven a sus "o.vej as" sino dos o tres v-ee·es

al afio; en realidad, un gran núm·ero de aquellos cristianos

no lQ son sino de nombre y por ·el b;tutismo.

Por lo g·eneral, su moral es sana, pero sus conocimi-entos

cristianos -50n c·asi nulos. En las misiones muy al.ej adas, los

cua~tro

quintos de las poblaciones reciben una vez en la vida

los sacramentos. En otras partes, pasan diez o droc·e afios

entre una y otra confesión, de manera que, durante toda su

existencia, algunos indios no escuchan sino dos o tres vec·es

las verdades de la f.e y las ·explicaciones del catecismo. Tanto

en doctrina como en otro ord·en de cosas su ingenuidad es

grande y a veces -divertida.

""

Un septuag·enario llegó a confesar

.se, .

advirtiéndole al

saererdote:

---Jladrecitto, has de saber que yo ya no ayuno; en mis

años mozos cumplía fietmen te ·estos prec·eptos, pero ahora

me es imposible..: mire, ¡ya no tengo di·entes!

En otra ocasióp, un octog·enario m·edio sordo se presenta

al Padre·cito, quien le dice:

-Tú debes .ser bastante vlejo ...

-S~,

padrecito, pero todavía soy joven; ¿ves a esa vieja

allí en cuclillas? Bueno, es mi madre,

y

·es · bastante más

vieja que yo.

,.

./

-¡Ah! ... , y

tú,

¿ere~

casado?

_¡Por el momento no estoy casado.

-

¿~Cómo

·es eso? No te puedes divorciar

a tu

antojo;

340