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to instalan .sus ca,t r.e.s de campañ.a,
y
a la ·luz vacilante de
una vela com;en un ' resto de pa!l
y
de queso;
y,
después 'de
prolongar cuanto pueqen la
ve~ada,
se .disponen a dormir,
mientras ruge la corri·ente
y
la Cruz del Sur
y
la V1a Lác-
--- tea brillan sobre sus cabezas. A medianoche .se desplertan
espantados: desde el cielo cubierto cae una lluvia torren–
cial qué parec·e traspasar los impermeables coloca·dos :sobre
las ·camas. Y así arrollados en las mantas húm·edas, como
sapos en un charco, ·esperan que aclare ...
~
para
~ncon
trar
. las sotanas, los calcetines
y
los zapatos destilando agua. Los
valient€s apóstoles visten paci·entem·ente sus prendas mo–
jadas, montan a caballo,
y
mientr.asprosiguen la marcha
envueltos en una nube de vapor, ·el .sol
y
el aire les van se–
·cando la ropa.
A ia.s seis de
~la
tarde bajan por una pendiente abrup-
. ta, llevando de la brida a los caballos asustados. De súbi
t6
s1e oye una música. ¿Sería en su honor? Pero difícHm·ente
po- .
_ drían haber ·conocido los habitantes ¡de aquel v_alle de sauces .
y de naranjos la venida de los
~isioneros.
-En fin, llegan a la aldea de
o~cros,
y divisan, alrededor
del c·edro milenario que ocupa el centro de la plaza, un grupo
de indios bailando al son de tambores, bombo
y
flautas;
jue.gan a los "borrachos;,; signo ·evidente de que lo están ...
Este juego (si tal se puede llamar), consiste en un duelo
entr·e dos yoluntarios armados de correas, eón una pierna
desnuda, sobre la cual cada individuo trata de desear.gar
tres violentos azotes. El menos resistente, v-encido por -el
do1or,, se re
ti~
a gimiendo, ante la rechifla de los asistentes;
a él corresponde pagar un jarro de chicha, que, luego de
.vaciarse, incita a proseguir el .torneo.
..
A la vista d·e esta repugnaD t.e
·esc~na,
los misioneros es–
'polean sus . caballos y entran como tromba a la pla.vol–
cando jarras de chicha
y
dispersando a los · borrachos.
En
seguida, van .en busca de los
varayocs,
ayudantes · obliga–
dos
d.e los obreros apostólicos,
pe~o
éstos se han hecho in–
visibles ... , hasta que,
~ya
entrada la noche, se . les encuen–
tra arrinconados bajo
~n
'portal durmiendo la mona. Des- .
pertados a la
r~ralidad,
conducen, vacilant•es, a
sus
huéspedes
hasta un rancho cerrado.
·
-¿Es éste nuestro alojamiento?
~preguntan
los mi–
sioneros.
-Sí, Padrecitos.
-¿Está listo?
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