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to

1~

falta aJbsoluta de ideas razonadas

y

convicciones es–

pirituales, como la. ausencia de una pod·erosa fuerza moral

en el culto del sol

y

los ritos atávicos de ·esta religión com-

pletamente materialista.

·

El indio de n

u~stros

días la ha heredado por tres cau–

sas: el tradicionalism:a, que Ie hac·e permanec·er fiel a una

gran parte de

su

pasado; la dificultad de elevar sus senti–

mientos, exclusivamente terrenales, hasta el -nivel de un

Dios que es espíritu puro;

y

por último, la incomprensión

de un Evangelio que ·espiritualiza los actos

y

pensamientos

humanos.

\

El puente que une la religión incaica con las supersti-

ciones pagano-c-ristianas del indígena de hoy, es fácil de

encontrár: el culto- del sol tenía sus raíces en el naturalismo

de la mitología griega y el mismo gusto por

1

combinar lo

maravilloso con la naturaleza animada. D1e aquí proviene el

deseo de lo sobrenatural, de lo de.sconcertante y de lo im–

posible que aguijonea el alma del qui·chua, inspirándole cuen–

tos y fábulas en que las plantas caminan, los

animal~es

pien–

san y habl-an y los genios intervienen en los asuntos de los

hombres, ya sea para favore-cerlos, ya para combatirlos.

Este amor por lo misterioso y desconocido se ha venido

transmitiendo de g.eneración en generación, y así es como

vemos que el indio bautizado y cristiano a.pUca a Dios· y a

los santo:s las ideas paganas de sus antepasados.

Si, -por ejemplo, se hace devoto .-de un santo, ha de ser

de aquel que a sus ojos nepr·esente mejor los poderetS celes–

tiales. Si cree que se demuestra propicio a .sus votos, lo fes–

teja, lo mima, rodea su a1tar de flore:s, velas, ·espejos y fi–

guritas. Si, por e1 contrario, imagina que no atiende a sus

súplicas por ca.pri·cho, ingratitud o mala voluntad, el indio

golpea la imagen y la -arroja

d~e s~

casa; en algunas oca–

siones la c-oloca cabeza abajo, en un tiesto lleno de agua ...

El método empleado por los. primeros mi.sionerq.s cris–

tianos, en los tie·mpos de la conquista, contribuyó ·en _gran

parte a fomen ta.r esta mezcla de cultos.

Este consistía, simplemente, en

crist~anizar

las

~eremo­

nias solar·es, sustituyendo los símbolos paganos por lo:s del

catolicismo: .él sacerdote celebraba la misa- en el altar del

astro-dios, donde la imagen del sol estaba representada por

un gran disco de oro o granito. El cincel cristiano no lo bo–

rraba, sino que encima e:s.culpía una cruz, lo que daba_por

resultooo el .símbolo de la Ho;Stia. En e1 (lugar en que había

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