Las f.ogatas dehert arder nasta la media-noche. Forma
parte del c·eremonial una div-ertida competencia de pullas.
Aquel que dirija a su
cont~'incante
las ofensas más hiriente-s,
dichas con extravagantes ·palabras,
~aldrá ~·encedor.
·
Veamos un ej_emplo: "iPor San Juan, ·eres tan torpe como
el corzo; que ·
tropi~eza
y rueda por el suelo, destrozándose
las
orejas ... " "Por San ·Juan, eres un vagabundo, digno re–
toño del vejete que a golpes de su tamboril anda mendigan–
do trigo por todas las chozas de la s-ie·rra ... "
Durante cinco horas, mientras se alimentan las hogue–
ras, van y
vi~en·en
bromas por el estilo, coreadas por las ale–
gres carcajadas de
1
1
-r~esto
de la concurrencia. Sólo de vez en
cuaado se las interrumpen para ·consultar la .suerte en los
huevos de galUna. .Con este objeto toman uno y lo aguje–
rean ·en ambos ·extremos; en seguida soplan por uno de ellos;
si la clara y la yema permanec-en intactas, significa que una
s'i
tuación floreciente les espera; lo con
tra~rio
presagia un os-
curo porvenir ...
*
Duran_te las solemnidades de los apóstoles San Pedro y San
Pablo, se organiza un combate entre veint·e ángeles y otros
tantos demonios. Los prim·eros aparecen encerrados den–
tro de una estrecha chaquetilla.; nevan peto profusamen-
.
\
.
te adornado de trocitos de espejo, pedazos de hojalata y
cintas de variados colores; enaguas lila, alas doradas, una
cruz de plata en la frente y un sable de madera como com-
plem·ento.
__
Los demonios, por su parte, nevan
blusa ~ flotante,
pan–
talón de
~color
rojo, máscara grotesca, una inmensa cola y
un látigo.
·
· Caminan alineados en cu.atro filas: su ma.rcha es on–
dulante, realizada
-a
saltitos e interrumpida por continuas re–
verencias
y
~rápidas
volteretas. .Ouando lleg-an frente a la casa
d~
un personaj-e nota-ble o
simplem~ente
·á
la plaz11:e1a dei
templo, la -cuadrilla se para,
y
ángeles y demonios se alinean
en dos
fila.s,
l,a una f-rente a la otr-a. En
tonc~es
todos juntos,
al compás de l9s tamboriles, empiezan a zapatear en el .
suelo, desafiándose mutuamente.
Los arcánge-les son los primeros en sentirse inflamados
de bélico ardor '
y
arremeten contra sus infernales adver-
-
sarios, endilgando los mandobl-es de sus sables hacia los cuer..–
nos _de éstos. Los diablos, por su
p.a:~rte,
tratan de esquival'
los golpes mediante quites hábiles
y
violentos latigazos; pero
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