Table of Contents Table of Contents
Previous Page  316 / 430 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 316 / 430 Next Page
Page Background

.

Mangas.

y.

armado

de

un

antiquísimo trabucó.

El

regundó

personifica a un ánge 1

.

Lleva pantalón azul

y

·amplias ena–

guas d·e percal blanco; dos bandas de te:a · de color azul

celeste le cruzan el

P~·cho._

Tiene la cabeza ·envuelta en un

turbante plateado, donde luce una estr,ella.' Completan su

atavio una espada

y

un ese do. Detrás siguen otros doce

turcos de menor importancia, provistos de flauta

y

tamboril

y de vistosos cinturones de corr,eítas blancas. C'ierra 'la mar–

cha un dia.blo

v~estido

de rojo

y

cubi~erto

el rostro

.con una

horrible máscara. Con su larga cola golpea el empedrado de

la calle, al m'ismo tiempo que hace resonar sus enormes es–

puelas.

D·e pronto, a una s·eñal del org.ani;z;ador, los comparsas·,

como . impulsados por un

r~e.sorte,

empiezan a saltar: San

Pedro, erguido

y

soberbio, agita un

pañue~o

rojo

y

doocribe

am·enazantes molinetes con su arcabuz.

EH

an.gel bai'la en–

trechocando su escudo

y

su e.spada en cada voltereta.

Por su parte, los demás turcos avanzan a compás, for–

mando una línea ondulante que serpentea de un extremo a

o-tro de la acera, m-ientras el demonio, visiblemente confun–

dido por la pres1encia del após.tol

y

del espíritu del cielo,

.

.

se aleja un poco

y

desde aHí hac·e sonar sus grand·es ·e.spue-

Ia:s, para atraer la atención de la gente.

En

cada esquina,

y

obede·ciendo a una

ord~en

del orga–

nizador, los turcos s.e detlenen

y

encierran a San Pedro

y

al angel, lo que

aprov~echa

Sa·tanás para dar brincos a su

alrededor

y_

gesticula·r a su antojo. -cuando llegan a la pla–

za mayor se paran un tiempo más largo, dal}dO ocasión al

demonio para reanudar sus cabriolas

y

brincos.

De pronto, a un toque de campanilla, San P.edro

y

el

1

angel hacen alto. de nuevo, . ·esta vez para lanzarse en ·per-

secución de Satanás, que apenas adivina las intenciones_de

aquél'los, pone ..pies en pol\1oros.a, ·escondiéndose entre las fi–

las de los demás actores.

Por fin lo cogen,

y

no le queda otra alt-ernativa que

hacerles frente a 'sus dos asaltantes; trabados en combate,

los tres ruedan por el suelo, pero en ·este momento los doce

turcos acuden en defensa de los celestiales personajes

y

me–

diante su oportuno auxHio logr,an zafarse

de

su enemigo.

El diablo permanece tendido en tierra, bajo las botas

de los valientes turcos, que lo pisotean sin piedad, tratando

en vano de librarse de sus opresor·es. M-edio sofocado

ya,

sólo puede él defenderse débilmente.

311

1