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na

les.

La última semana se destina a la construcción de

ramadas para las /recepciones de estilo.

·

El 23 de septiembre, por la mañana, trasladan· a la

imagen fuera de la ciudad; ahi se deja en una capillita he–

cha de ramas. Al atarde·cer, las autoridades eclesiásticas y

civiles se dirigen hacia aJlí, simulando ofrecer a la Virgen .

las llaves de la ciudad

pa~ra

que--entre en

el~a.

A su regreso, ,

-el séquito camina en medio de las'

det~

nacion.es

y resplando–

res

.O.

e innum·er;:tbles fueg-os

artifi·ci~les.

Encabeza el desfile un gran

núm~ero

de mulas, con man–

tas de llamativos' colores y

~cargadas

de gajos de acerolo,

adornados con banderitas. Las conducen unos ·indios disfra–

zados de negros, que avanzan haciendo· todo el ti-e,mpo mil

muecas y cabriolas.

En s1eguida

vi~ene

la

imag~en,

de cuyas

v~estim~entas

se

desprenden largas ci!). tas que los baHarines sujetan. Y en

medio de los cánticos y baiJes, envuelta ,en el humo de

lo~

incensarios, avanza hasta

llega~r

a· su santuario.

Entre tanto, la escolta de bailarines descarga los haces

de leña,

1

Y

·en seguida, acompañada d·e toda 1a" Población,

se dirige hacia la

ca.Sa

del jefe de la fiesta, quien debe ob–

sequiarles con rebosant-es vas,os de

apetito:s~a

chi-cna. Reco–

bradas con esto sus fuerzas, reanudan con nuevos bríos la

ser.ie

-de brincos y piruetas,-hasta cerca de la medianoche. .

En Ja madruga·da del día 24, un clamoroso bulli-cio de

trompetas

y

clarines despierta los

ecos

en las .inmedi:a,cio–

nes,

y

el numo, que ya cor,ona los techos de las viviendas de

los "mayordomos de la Virgen", es como una promesa de

abundantes y repetidas Uba,ciones.

A las ocho de la mañana se canta la misa sole·mne, a la

cual ..

todos

lo.s varones deben asistir provistos de &ombreros

nuevos: ¡desgraciado de aquel que se presente con uno usado!

/

Será:qespiadadamente re·chazado por los guardias del pórtico.

Frente al . templo toman colocación los bailarines, quie–

nes en los mom·entos más solemnes ' ejecutan el·egantes y

sobrias figuras coreográficas. Después que la misa ha termi–

·nado, éstos conducen a los fie

1

les hasta. la casa del organi–

zador de los festejos, y allí reciben grandes cantidades de

vino, chicha y

agua~dient~e.

D

1

e.sde ese momento, y durante

toda la, tarde, el pueblo se entrega al baHe y la bebida.

A la

mañ~na

sigui-ente, la población corre, afanosa, al

lugar donde fueron construidas las ramadas. Cada familia

elige 1la que más le gusta y allí deposita sus regalos, que con-

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