El
santo patrono
de cada
una
de
las
distintas
aldeas
és
honrado una v·ez al año con cultos más o menos similares
a los -que ya hemos descrito.
El indio que ti·ene a su cargo estos fest·ej os desde años
anterior·es reci·be el nombre de "caporal". Organiza primero
una procesión para los tres días que preceden la solemni–
dad. El mismo en persona anda el prim·ero, embozado en una
brillante capa y con una ..banda adornada con los más he–
terogéneos objetos cruzada sobre el pecho: monedas, peda- ,
zos de b.ojalata, limaduras de cobr·e, papeles de colores, ca–
labazas, marmitas pequeñas, ·carame1os, -etc. En la cabeza
lleva un bonete en forma de. cas0o, coronado con una ci-
- mera de plumas chillonas y largas cintas rojas y profusa–
mente cubi-erto de monedas.
Doce · coristas le rodean
y
una joven enmascarada evo–
luciona alrededor del anda, desde donde la imag,en domina
la multitud. -
La procesión va desde una esquina a otra de la plaza,
en medio del estallido de los petardos y los compases _de
la música. La muchedumbre sigue en apr·etadas y ondulan–
tes fHas, y cada creyente dirige al santo sus súplicas y pe–
ticiones en voz alta, acompañadas de mN genuflexiones y
reverencias. Uno le confía
su
ganado; otro,
su
familia; aquél,
sus campos y cosechas, etc·.
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·
..
En la tarde del día siguiente,. se encienden larS tradi–
cionales hogueras. Mientras arden los fuegos, un toro ficti–
cio hace su aparición. Este -es un animal extraño, que sólo
tiene del toro la cabeza y el cuero. El cue-rpo
es
un arma–
zón de madera ·erizado de · cohetes. Los cuernos, los ojos,
el hoci·co
y
la cola
~están
igualmente r·ellenos__ de petardos. Un
quichua introduce su cabeza en la del animal, empuña
los
bastones que sostienen loas patas delanteras y, cubi-erto por
la piel de la bestia, ·empieza a embestir a los asist·entes en
cuanto el fuego · es apUcado a la pólvora.
En seguida, una cuadrilla de indios, -simulando ser ban–
deriUeros, le clavan otros cuantos cóhetes más; pero el toro
carga contra ellos
y
los persigue para embestirlos, mientras
estallan los
petardo~.
.
·Cel·ebran las murgas los mejores "pases" del hombre–
toro, quien, humeando desde
los
morros a la cola, no se de–
tiene sino cuando la pólvora se ha agotado totalmente.
Al anocheeer, los escud-eros de la Virgen recorren la ciu–
dad recO'lectando monedas y comestibles que amontonan en
el fondo de sus alforjas.
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