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Esta idea de compas1on por los suplicios del Salvador
está tan
profundamen.tearraigada ·en sus costumbres;
qu~
a menudo sucede que los
mestiz.os, hombres a veces enrique–
cidos y ya de -casta ftlgo superior, se acercan al s.acerdote en
cua!quier lugar que éste se
·eneuentr~
y le piden ·que les ad–
ministr·e una pa:Jmada o algo por el estilo, con el obje·to "de
ayudar a sufrir a Cristo ..-."
En. los hogares de indios muy piadOtsos, durante todo el
áño se prepa,ran
par~
la
Seman~
Santa. Oada viernes el
padr·e despierta a sus hijos a las 4 de la mañana y les pro–
porciona enérgicos corrf€azos "para ayudar a sufrir a Cris- ·.
t
"
.
o...
Desgra.ciadamente, el qui-chua ·ec-ha a perder todo su
ardiente fJervor con una extraña idea:
pi~nsa
que como el
buen ladrón fué perdonado por. ·Cristo, en día Vi·ernes Santo
hay libertad para robar, sin ·contrariar .la
volun~ad
divi–
na ... , y es así c6mo en este dia se permite apropia'rse de
lo que le vlene en gana.
*
/
Durant·e toda la noche del Sábado Santo al Domingo d·e
Pasc.U:a,
la
gran plaza de Aya·cucho se ve desbordante de
fieles, venidos de las montañas y los ·vaUes, que beben, can–
tan
~
bailan al compás de la música hasta las cuatro de la
madrugada. Los propietarios de la' leña de re!tama van y
vienen,
·e~tretanto, bu~carido
el lugar más apropiado para
encender las hogueras.
Cuando e1.alba emplez·a a
blanquea~r
la cima de las mon–
tañas, los umbral·es de la catedral s.e iluminan súbi'tam·ente
y apar·ece .una anda cor.onada por una
inm~ensa
roca hecha
totalmente de cera y resplandeci?nte de
luc~s.
,
En
e.semismo instante se 01y·e el estampido de veinte
pieza~
de fuegos artif:Lciales y de la cumbre dé la ro·ca em–
pieza a surgir lentam·ente la · imagen de Gri:sto, em·ergiendo
por
entr~
velo_:s bl:ancos que la envuefven com-o en un .sudario.
El Divino resucitado avanza triunfante l)acia la plaza,
que todavía permanece en tini-eblas. A: su
pa.soestallan
los
peta·rdos y fuegos de artificio, iluminando el cielo con el
resplandor de mil luces de colores. Las fogatas arden y ere–
pitan todas a la
ve~,
y
se
forma un círculo de
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umbres, chis–
pas, llamas, de
fantásti~ca
claridad en. honor de.l Vencedor
de la Muerte.
Al amane.eer, · cuando se apagan la:s últimas hogueras y
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$e
extinguen los remolinos de luces, la imagen entra en el
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