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" gam€nte las clases de aprendizaje s de sus padres,
lecciones que se han transmitido a de los siglos sin
variar un .punto, como un trozo de a arrastrado por
un río.
Además, la mentalidad de estos obreros ·es simplemente
asombrosa. Cuando se les pide la fabricación de un objeto,
aceptan ·el encarg.o con ·en·tusiasmo, y con €1 mismo ardor
reclaman el -adelant ediato de la ·mitad del pago. No
vacHan .en comprom a la v·ez, con varios ·Clientes para
entrjegar en una mis cha una labor similar. Saben per–
fectamente que no harán el ·~enor esfuerzo por cumpUr su
pro·mesa y que, por constguiente, no darán satisfacción; pero
no les importa, ya que ti·enen el din€ro, y lo conservan sin
el menor escrúpulo. ·
Por lo demás, _el quichua no entrega jamás una obr.a en
la f·echa fijada. A:unque .se le insista die-z o veint·e vec·es y
se le apremie, en cada oportunidad repetirá sus palabras de
buena voluntad, pero no por el1o moverá un dedo para apre–
surar la eje·cución de su trabajo. Si se le cita ante un tri–
bunal para obligarlo a terminar de una vez, promete al
juez darse prisa, pero más tarde, en su casa, vuelve a su–
mirse ·en su indiferente indolencia. No se obtiene nad
él, .a ·m·enos que se le encierr~e ba:jo llave con todos los –
rnentGs necesarios a su trabajo. Sólo entonces, la priva
de la libertad devuel:v~e la ·energía a sus 'Ql.iazos y se logra ·
que trabaje.
Natura,lmente no es preciso esperar de él una obra de
acabada perf,ección. El indio no es meticuloso ·en sus tra–
bajos. :[.la terminac'ión de una obra exig€ tt~empo, esfuerzos
y atención, cualidades que no están en su c.ará,cter. Ni si–
quiera las joyas m·erecen dJe ellos un mayor esmeto. Cuando
se trata de alhajas ,que hacen pareja -dos figuritas o un
' 1 par de aretes, por ej em.plo-, ~on desiguales en sus dimen-
siones, sus posturas o su forma·. Pero éstos .son detaHes in-_,..
significantes para el artista.
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La i;ndustria más g€ner.alizada' es la del t€lar.
Antiguamente los materiales textnes eran: el algodón
en la región marítima y el costado ori!enta; ordillera;
la lana de las cuatro especies de camellos ses, y la
fibra de las hojas del maguey en el altip erandino.
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