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Estos también, a la larga,

se

olvidan de ellos y no conser–

van el menor recuerdo del hogar ni de la familia. Sí algu–

na vez se escapan de casa de sus verdugos, ·cogidos por sus

·perseguidores o devueltos por sus propios padres, su: vida

es entonc-es mil veces peor de lo que fué.

Segunda causa de disgregación -en los hogares quichuas

es el humor inquieto de los hijos ya crecidos. Aquellos que

han hecho el se-rvicio militar en Lima, de regreso a ·sus

montañas, cuentan a sus vecinos las bellezas

d~

lar ciudad,

los elevados salarios y los_fáciles plac-eres. Fascinados por

este cuadro, al--..que su rústica imaginación da contornos de

.

.

maravilla, un mozo o

un~

adol.escente desaparece un día de

la ruca y desciende a pie los ma;cizos andinos. Una semana

de marcha . no ·es nada para ellos. Y mi·entras

sus

padres

los buscan en todos los recodos y es·condrijos del valle, los

pródigos no .encuentran en la capital sino la miseria y el

.

vicio; luego, bien pronto, la tisis galopante y la fosa común

en el cernenterio.

No obstante, aman profundamente a sus padres. Innu·

merables cantos populares lo pr-ueban. He aquí el lam·ento

de un hijo .que se encuentra alejado de su madre: "-Sol

querido y tú, luna amada, -

¡no me abandonéis! -

Pues

voy muy lejos, -

y sin vosotros la noche detendría mis

pasos.

\ [

"Y tú, beHo -colibrí, -

no me retengas aqui. - Me dicen

qu·e m-i madre me busca, -

afligida como una paloma -

que ha perdido su pic_hón.

"Y tú, cili1i, gral{!iosa florecilla, -

comprueba mi tris–

teza. -

Solo, lloro aquí como un río -

y gimo como el

.

.

1

viento."

El dolor de un huérfano se manifiesta más patético aún_:

"¡Ah! qué solo estoy,-

a

nadie tengo, a nadie.- Como

la flor del altiplano, -

como la solitaria flor de las cimas,

-

no tengo sino mi sombra.

.

"De tanto gemir, mi flauta -

se ha enronquecido. -

Sin embargo, estaba rodeada de nervios de buey. -

Pero

tanto 'he llorado -

la pena de mi alma, -

que se ha des–

pre'ndido, rota, de mis manos, -

y ya no canta.

"¿Cómo he de s<;>portar esta vida, -

sin padre ni ma–

dre,- .sin una aldea amiga donde refugiarme?' -

Soy

in~til

en ·esta tierra, -

como un ojo reventado. -

Por costum–

bre me agito· aún, -

como un ojo muerto ."

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