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en la sección C (instrumentos sin semitonos) del Gráfico III del mismo
estudio, el señor Vega sostiene que ella es extraña al orden de los
pentatónicos y que, por consiguiente, su explicación resultaría aven–
turada. Sin embargo, tampoco es así, pues, si bien se examina, el
instrumento de referencia, presenta una sucesión de sonidos que
transparenta cuatro escalas diferentes, dos tetrafónicas y dos pentafóni–
cas en este orden: la primera en LA MENOR, con la siguiente sucesión:
LA, DO, RE, MI; la segunda en RE MAYOR, con esta otra: RE, MI,
FA
fl:,
LA; la tercera cuya ordenación es: FA
fl:,
LA, SI, DO
'f:/:,
MI,
es decir, una escala pentafónica de FA
1:/:
MENOR; y la cuarta, así: SI,
RE, MI, FA
'f:/:,
LA, que es otra escala pentafónica en SI MENOR.
Caso notable, porque las ocho notas del instrumento son suficientes
para una tan variada estructuración en que se presentan algunas melo–
días del cancionero incaico, como la que sigue que recorre, a manera de
pasatiempo musical, las expresadas cuatro gamas, cobrando nuevo y
distinto matiz en cada caso:
Modcrato:
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.
N9 49
Es uno de los innumerables huaynos que los músicos indígenas de
Pomacanchi, así como los de otras regiones de la provincia de Acomayo,
acostumbran ejecutar en sus diversas fiestas populares. Este ejemplo, co–
mo el anterior, está también encuadrado no en la escala original RE b
4 ,
MI
4 ,
SOL b
4 ,
LA b
4 ,
SI b
4 ,
RE b
5 ,
MI b
5 ,
FA~,
señalada por los autores
95
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