franceses, sino en la respectiva transposición verificada por el musicó–
logo argentino: LA, DO, RE,
i'vli,
FA
1f ,
LA, SI, DO# ·
Quiero también destacar la presencia en esta escala del tercer
grado, DO
1f,
ascendido cromáticamente sin desplazar al mismo grado
en estado natural, pues, tal intervalo juega un papel ele gran importan–
cia tanto en la música peruana, como en la argentina, lo cual será
enunciado ya en su lugar oportuno.
En cuanto a las antaras N9 1 y 2 ele la Plana XVII ele los señores
D'Harcourt, incluíclas así mismo en el Gráfico III, sección Instrumentos
defectuosos prehispánicos, debo manifestar que, por la ordenación
N9 50
regular el e sus sonidos correspondientes (FA, LA b, SI, RE, MI, FA
1f,
LA, SI, RE, FA) , iguales en ambos instrumentos aunque en octavas
diferentes, delatando su construcción sistemática bajo un mismo molde,
parece que no fueran instrumentos solistas con escalas ccmpletas y,
por lo mismo, habrían tenido sus complementarios respectivos que
ll enaban las faltas, como era y es ele técnica, para formar en conjunto
expresiones musicales determinadas. Por tanto, la formulación de la
ccrrespondiente gama hipotética complementaria, resultaría harto peli–
grosa y aventurada, dada las múltiples formas que podría revestir.
Estoy sí de acuerdo con el señor Vega, cuando afirma: "Estaba en
América, pues, antes del descubrimiento, la escala que llamamos diató–
nica mayor europea" . Su exposición pertinente la realizaré detallada–
mente en el segundo Yolumen de esta obra; sin embargo desde ya
quiero dejar constancia de que el registro de la antara N9 4, Plana
D'Harcourt XIX, anotada en la página 40 (gráfico 17) , ya es un indicio
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