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(el,\l el Perú), de tubos medianamente largos
y
gruesos, produce estos
sonidos sobre su escala básica:
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N9 44
Es un instrumento que llevan colgado al pecho con hilos suspen–
sores, a manera de peétoral, los
chasquis
actuales (véase la página 40) ,
quienes, para anunciar su proximidad ejecutan en el instrumento de
referencia, la siguiente tonada:
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11
N9 45
o bien esta otra que, entre otras fórmulas, es una de las más. usuales:
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N? 46
Cabe advertir que las antaras de esta clase, se fabrican al azar, sin
ninguna medida para la determinación de la altura de sus sonidos,
porque su objeto no es producir música propiamente dicha, sino tona–
das indeterminadas para dicho fin
y
para solemnizar ruidosamente las
fiestas
y
acontecimientos de importancia social.
He consignadQ estos datos porque conceptúo que el investigador
está obligado a no despreciar ningún detalle, por insignificante que
parezca, pues, es obvio que de un conjunto de datos mínimos· puede
surgir una inducción o un descubrimiento importante. Carlos Vega
tuvo razón al impugnar aquella actitud de los D'Harcourt: "notaremos,
dice, una insistente
y
única preocupación en demostrar que la escala
de cinco notas se empleó
y
emplea en el Perú". Pero ya anteriormente,
comentando la misma actitud de Charles Mead, el señor Vega había
dicho con gran acierto: "Busca «la» escala, una sola y única escala de
los peruanos, equivocado criterio inicial que ha privado de mejor
fortuna a muchos investigadores."
· Por otra parte, el señor Carlos Vega ha publicado dos estudios,
titulados "La Flauta de Pan Andina" y "Escalas con semitonos en la
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