ORIGEN DE LA SIRINGA AMERICANA
Hasta el presente es imposible hacer una afirmación categonca
sobre el verdadero origen de la siringa americana. Sobre este particu–
lar, no habrá más que repetir lo que expresamos en el párrafo "Antece–
dentes Históricos", o sea que aquel instrumento musical, o pudo haber
sido importado de otros continentes, o quizás fuera producto de la pro–
pia invención de los nativos sudamericanos. No existe, pues, ninguna
prueba fidedigna en ningún sentido, y todo se reduce a meras conje–
turas y suposiciones, basadas en ciertas semejanzas de nombres o deno–
minaciones. Los D 'Harcourt manifiestan paladinamente sus dudas al
respecto, sobre todo en cuanto a la posibilidad de haber sido importada
de las tribus oceánicas, lo que induciría a la aceptación de la teoría del
profesor Paul Ribet, sobre la presencia ele sus habitantes en el Nuevo
Contin ente. Sin embargo, los esposos D 'Harcourt dicen lo siguiente:
"Hay g ue destacar que las siringas de caña, en ciertas islas del Pací–
fico , las islas Salomón en particular, se construían, como en el Perú, en
dos series parecidas, unidas; los tubos ele una de las series, cerrados en
su base. son sonoros. en tanto que los tubos abiertos el e la otra serie,
permanecen muelos. "
Por otra parte. Caries Vega, en su folleto "'La Flauta ele Pan Andi–
na" , encuentra ciertas semejanzas entre algunas palabras polinesias y
quechuas; por ejemplo, entre "puhura", voz del Pacífico que, según él.
significa
flauta,
y ·la misma palabra que aparece como nombre dado a
la flauta de Pan peruana, llamándola, según algunos autores "wayra–
puhura'·. Por este hecho, el señor Vega
se
inclina a creer, aunque vela–
damente, en
el
origen poi inesio del instrumente, con la siguien te acla–
ración: "Al explicar la presencia de estas voces ele instrumentos musi–
cales en el Perú, quedo automáticamente adscripto a la tesis que sostiene
la influencia de los polinesios en el Perú antiguo; pero hago notar mi
posición moderada
ante el problema". Luego, convencido siempre de
que los "hombres de las islas del Pacífico entraron en América", con–
cluye: ''la solución ele graneles problemas se prepara mediante un cre–
cido número de aportes mínimos,
y
aquí se intenta, por ahora, demos–
trar que la voz
puhum
del compuesto
huaym-puhura,
es una de las mu–
chas palabras del Pacífico, que se hallan incorporadas a los idiomas de
los antiguos pobladores ele los Andes sudamericanos. En el caso
r¡
ue
nos ocupa,
puhura
fué aplicada a la flauta de Pan".
Sin embargo, de mi parte pueclo asegurar que es infundada la an–
terior opinión del señor Vega, pcrque ninguno ele los historiadores
y
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