Chile, y los bosques de Toltem; habiéndose destacado el viejo imperio
de Tahuantinsuyo, como el principal centro.
De acuerdo con las exploraciones hechas por el folklorista Narciso
Caray, se sabe que la flauta de Pan fué usada también desde muy r e–
motas edades, en Panamá , donde actualmente goza de popularidad en–
tre los naturales, quienes adoptan casi el mismo procedimiento colecti–
vo que el de los indios peruanos. Un caso muy notable constituye el
hecho de que los indios panamel'íos poseen una escritura ideográfica
musical, semejante a otra de iguales características, pero no musicales,
encontrada entre los aimaras ele las márgenes del lago Titicaca, a la
cual hace referencia también el citado profesor Nordenskiolcl, y que
posteriormente ha sido objeto de amplios estudios por el arqueólogo
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alemán Arturo Posnanski, asegurando éste que, la misma escritura, en–
contrada también en la provincia cuzqueña de Paucartambo (Perú),
"es la supervivencia de la
quilco
(k'elk'a)" a que se refiere el licencia–
do Fernando de Montesinos. A título de ilustración, transcribo un pá–
rrafo del libro "Cantares de Panamá", del mencionado folklorista Ga–
ray, en el cual consta una pictografía de la escritura musical indígena
de Panamá, con el comentario correspondiente del autor. Dice así:
"Para no perder tiempo, Palioquina (el músico indígena) trazó enton–
ces en una hoja de papel la pictografía de ese mismo canto que me re–
sultaba de imposible transcripción musical, pues, no solamente las notas
sino también las palabras del canto variaban a cada repetición. Entrego
a la publicidad y sin comentario este espécimen de la habilidad artísti–
ca del cantor". (Gráfico N9
1
).
Al anterior comentario sigue esta nota: "Pictografía del Dr. Nel–
son. Léase de derecha a izquierda, partiendo de la extremidad inferior
derecha, y luego de izquierda a derecha la línea superior".
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