sil< u. ayara chi_.
)•
de p ués de la conqui
ta
espa iiola. adquirió tambi én
otro nombre, como
:ampoiia. fusa.
e tc.. or igina ndo es te último nom–
bre el llamárseles
fusiris
a lo tocadores del in trumento. Pero la deno–
minación de antara e la que siempre lu prcYaleci do como genérica de
Jas siri ngas peruana , sobre todo en la región propiamente quechua
y
en la costa del Pacífico, ele de nde proceden los ejemplares precolo–
nial es más Yaliosos. X o obstan te. en las pro,·incias cuzqueñas de Quis–
picanchi
y
Paucartambo, a la antara e le llama
hipacate,
pero és te es
un instrumen to compues to de doce tubos ele mediano tamal'ío
y
fabri–
cado. ea de cai'ía o de la parte nds gTue a ele la plumas del cóndor.
También los Yi ejo cronistas empl ea n el mi mo nombre de antara
cuando
se
refieren a la siringa. Por ejemplo el padre González Hol–
guin
lo
define así: "Flautillas juntas como órgano" . Huamún Poma de
Ayala, le da la misma denominación al r eferir que
el
general Rumi–
ñahue, pretendiendo apoderarse del Imperio Incaico, a raíz de la eje–
cución de Atahuallpa por los españoles, asesinó a uno de los hermanos
del extinto monarca, el Infante Lluska inca, mandando fabricar de
sus huesos una
an!ara,
ele su p ellejo un tambor. de sus muelas
y
dien–
tes un collar (quiru-hualcca), y el e su cdneo una vasija para beber
chicha. El padre Cobo dice también:
".4
niara es
otro género de flauta
corta y ancha··.
En la provincia ele Chumbivilcas (Per ú), la siringa toma el nom–
bre el e
ayarachi,
así como en Lampa, del Departamento de Puno. Con
es te mismo nombre de Ayarachi. describe el instrumento el padre Ber–
LOnio, diciendo: " fn strumento como organillos que hacen armonía".
Y
el padre Cobo lo confirma de esta manera: "Usan también en sus bai–
les tocar un instrumento compuesto de siete flautillas, poco m<is o me–
nos, puestas como cañones ele órganos, juntas
y
desiguales, que la ma–
yor será larga como un palmo,
y
las demás Yan decreciendo por su or–
den: Jlaman a este instrumento
aym·ichic,
y
tocando puesto sobre el la–
bio bajo y soplando en las dichas flautillas, como que hacen un sordo
y
poco dulce sonido". El Inca Garcilaso ele Ja Vega no señala ningún
nombre del instrumento, pero dice que era propio de los Ccollas
y
que tenía "cuatro o cinco cañutos atados a la par".
Hay que advertir, que se da también el nombre de
aym·aclii
a una
danza macabra, evoca toria ele los muertos, y a la marcha fúnebre
y
otras tonadas incaicas, con que se acompaña a la misma danza, o se eje–
cuta para el acompañamiento de un cortejo [t'lnebre hacia el cementerio.
36