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BoLIVIA
zos de los abnegados misioneros lo merecían.
Apóstoles de Cavinas, además de los citados,
fueron los
PP. Felipe Henry Lauque, Mariano
Montero, facinto Claverfa, Maximíano Cam–
pos, Bartolomé Osa, fosé
M.a
Elejalde, Fran–
cisco Luna,
actual Vicario Apost. del Benii
Vicente Pérez, Buenaventura Anasagasti
y
Mario Amestoy.
La lnmuculada Concepción de Covendos,
o
antigua
Magdalenas
de Guachi, fué fundada
por el primer Prefecto del Colegio, P. Angel ·
Baldovino, conversor de Sta. Ana, en
1839.
El P. Herrero ya lo intentó en
1819,
como
quedamos dicho. En
1862
se trasladó a (:o–
vendo, lugar más sano y no tan expuesto a
i11undaciones como era Guachi. Sin embargo
la viruela hizo estragos en la Misión el año
t886,
viniendo a aumentar la desgracia del
i-ncendio ocurrido en
1882.
Misioneros en
Guachi primero y después en Covendo fue–
ron los
PP. Baldomino, Miguel Palit, Salva–
dor Vallés, Pablo Mateo Cerdá, Beniguo Bi–
bolotti, Luis Zacagni, Tomás Hermoso, Ni–
colás Armentia, Luis Sarrá, Luis Fernández,
Felipe H. Lauque, Pablo Fernández, Francis–
co Aberáturi, Mariano Zulaica, fosé
M.a
Va–
lle,josé M.
a
Elejalde, jacinto Clavería, Fran.–
cisco Luna, M. Campos, fuan Sanchis, y Se–
rafín Marquina,
que ha muerto en nuestros
di as
(22
agosto
1945),
siendo pro Vicario de
1
Vicariato del Beui.
Santa Ana del Beni,
fundada el
24
j11uio de
1815
por el P. Herrero, fué sostenida por e'
P. M. Pozo de
1823-37.
Sufrió hasta diez tras
-
lacione:;, y así se origina de ello gran confu_
sión, porque cada vez tomaba el nombre de
1
lugar donde se fijaba. llamándose
Santa Ana
del Suapi, del Quibeto, del Chiboy, del Beni;
la última vez que se trasladó fué en el año
1918
por el P. Francisco
Cat~lán,
sin lograr
buen éxito en sus nobles intentos. Los indios
de esta Misión vivían entregados a la agricul–
tura, siendo la riqueza y feracidad de su terre–
no exuberante. Sin
~mbargo,
se ha conserva–
do siempre floreciente, no obstante los cam–
bios y enfermedades a que ha estado sujeta.
Sus Conversores más destacados han gido los
PP. Baldomino, Palit, Vicente Candela, Cer–
dá, Mancini, Cesáreo Fernández,
y los últi-
z9
mos
PP. Benito Ruiz, fosé M.• Olaciregui y
Fr. Sebastián Urra.
Las Doctrinas de
Tumupasa, lsiamas
y
Uchupiamonas,
fundadas por los Padres de
San Antonio de los Charcas en el siglo XVII,
fueron entregadas al Ordinario de La Paz en
1'798,
y en
1835
fué enviado por el P. Herre–
ro el P. Antonio Giacceri, ya que el Ordinario
St>
lo había since;·amente suplicado. En el
Cap: guardiana! de
1838
son destinados el
P. Antonio Gil a Tumupasa e Ignacio Blanch¡
a Isiamas. Los principales franciscanos que
sirvieron Tumupasa fueron los
Padres Anto–
nio Gil, P. Hernández, ¡osé Comas, Ciuret,
Armentia, fuan A. Cardeña, Aberásturi, Lo–
renzo Delgado, Campos,. Elejalde
y otros be–
neméritos religiosos.
San Antonio de lsiamas,
distante
~e
Tu–
mupasa de
15
a
16
leguas al NO., desde
1838
corrió a cargo del Colegio de La Paz; el padre
José Comas fué su más destacado apóstol, que
trabajó allí por espacio de
27
años continuos,
le sucedieron los Padres Raimundo Merten,
Cerdá, Fernando M. Sanjinés
(30
nov.
1909),
mártir de la espundia, coino el padre Gil en
Tumupasa,
y
otros misionreros.
San fosé de Uchupiamonas
se recibió con
las dos anteliores en
1838;
distaba de Tumu–
pasa
30
leguas más o menos y de Apolo
150.
Su conversor más activo fué el
pad~e
Bentar–
do Clerici, de la provincia de Bolonia, que
vino a Bolivia en
1853
y al año siguiente se
encargó de esta Misión que la regentó
53
años
hasta su muerte, acaecida el
1907.
El año
1861,
estando en estas Doctrinas el
P. Prefecto Rafael Sanz de visita canónica, se
le rogó fundara una Misión en Rllrrenaba–
que, a
16
leguas de Tumupasa, que era cen–
tro comercial y activo de cascarrilla; aceptó
el P. Sanz la propuesta, aconsejado por los
Conversores de Tumupasa, lsiamas
y
Uchu–
piamonas, Padres Gil, Comas y jesualdo Mac–
chetti, poniéndola el nombre de
San Buena–
ventura de Rurrenabaque,
de la que se en–
carg.ó el P. Macchetti; el año
1869
emprendió
el viaje al Amazonas, del que no pudo vol–
ver, y por falta del personal del Colegio y
otras razones, no se proveyó de conversor