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L'lS

Curaciones por las Fuerzas

l/el

Espíritu.

65

Aquí está tu ofrenda, t-odo,

co~pleto" Di os, Jpd9Pod~rosc,

Madre tierra, haz volver por

piedad a tu hijo el alma que está

alehd~, .

que ,rehusll volver y ,que es tá enloque–

cida, andando extraviad il ., ¡Que regrese a su ,sitio!".

Luego el paco hizo ofrenda de coca y a,lcóhol a los auquis. La ceremonia se r epitió

tres veces. Después de cada sesi6n, se recogía la ropa del en fermo y se la llevaba donde él

estaba. Después de lo cual quedó sano.

Esto es algo pareci do a la curaci6n del susto y de la miSma Manchariscc a, p',ues como

hemos dicho,

el

hombre primi tivo es ex tremadamen te sensible a las sugestiones insisten tes.

Olano describe al Ccayapuy para curar la Manchariscca, p rocedimiento análogo al descrito

más arriba, en qu e el mago o curandero se vale de frases en que induce a los espíritu s m¡¡.los

a abandonar su víctima y a restablecer la norm alid ad psíquica.

Los chupadores o hechiceros, ejercitan también la psicoterapia sugestiva indirecta.

Villag6mez los llama Caachus o Run apmicuc y practicaban la succión valiéndose de prác–

ticas taumatúrgicas. Veámos como los describe: "El maestro,va aquella noche a la casa que

la

parece acompañado de uno, o dos de sus discípulos,

y

quedándose ell os a la puer ta, en–

tran, esparciendo un os polvos de hu esos de muerto que ellos tienen para éste efecto confec–

ci on ados y preparados con otras no se que cosas

y

palabras, y

con ellas adormecen a

todos

los de la casa, de tal suerte, que ni persona, ni animal de tod a la casa, se menea, ni lo sien–

te ; y asf llega a la persona que quiere matar, y con la uña le saca un poquito de la sangre

<le cualquiera parte del cuerpo, y le chup a por allí la qu e puede. Y así ll aman también a és–

tos tales bruj os en su lengua, chupadores. Esto que así han chupado lo ec han en la palma

de la mano, o en un mate, y lo llevan a donde se hace la junta, y ell os dicen que multiplica

el demonio aquell a sangre, o se la convierte en sangre y la cuecen en aquell a junta y la co–

men, y el efecto es que la persona que había chup ado se mu ere dentro de dos o tres días",

Este pasaj e se refiere más a los envenen adores

y

a la p ráctica del envenenamiento.

Entre las prácti'cas curativas y adivinatorias, colocaremos la Milluj aña o Ccolpasc_

ca, empleada en Cuzco y Puno. Se acuesta al enfermo sobre un poncho al cual cuatro indi_

viduos imp rimen fuertes sacudidas. Fricci on an al enfermo con millu o ccolpa (sulfato de

alumina natural), Es con

el

obj eto de absorver la enfermedad y quitar la fiebre. i.espira

el enfermo sobre la ccolpa, a fín de que éste se !leve la enfermedad. Luego se echa dicha ccol_

pa, a fin de que ésta se !leve la enfermedad. Luego se echa dicha ccolp a, en un vaso Con

orin a humana podrida y se agita con un palo. El curandero analiza los caracteres de la

espuma y según sean éstos, h ace pronósticos sobre la enfermedad y hast a pretende des–

cubrir al machuscca o genio maléfico, orígen de muchas dolencias. Y así invoca su espíritu"

pronunciando en quechua lo siguiente: "Hamui hampic cuticheckhu yapay ahuaico" , o sea:

"Ven a curar y devolver compadeciéndote de nosotros",

El

susto,

tan conocido en nuestra medicina popul ar, es un conjun to de tras torn os

psíqu icos, en cuya base hay como dice el vulgo, un a " au senci a prolongad a de l esp íritu del

enfermo" ; y le tratan con procedimi entos mágicos, como son la limpia del cu y, el baño de

t ie rr a, la limpi a con yerbas.