Revista del Museo Nací.onal: Toma XIV.
.
,
espíri tus, o por lo menos en tra en comunic?-ción
c~n
ell<?s. En este
mom~n
to, el diagnósti–
co se hace por intuición
y.
por
co~s'~cuencia si~ e,~ror P9s~ble s~g{Jn
su mentalidad; el pa-
-cien te y los s.u yos creerán. ciegamen
t~"
(1): ,
.
El curanderq extr¡ie luego Ips cuerpos extraño$, el .quid maligno. Son los sobado–
res y succionadores que eliminan el espíritu de participación de la medicina mágica; y ya
también,
,adm\n\~trand~
yerbas, por creer que estas te.ngan determinados espíritus.
Estas
.cur¡lci
~n.es"milagrosas", que en realidad lo son por psicoterapia sugestiva
directa
9
¡n dir~~ta,
perviven actualmente. De alH la importancia del estudio.del folklore
en~re
nuest1,'OS
indígen ~s.
Me vaya referir a un caso descrito por Kuczinsky Godard (2), al estudiar al indio
de la al tiplanicie del Titicaca (Ichupa1,'npa). Se tr;¡,taba de un arriero que fué víctima de una
"locura furiosa" y que curó por medio del siguien te procedimien too Después de haber re–
-currido a diversos procedimien tos médicos, sin obtener mej orí.a, fué visto por un indio de
Cqueros, al "paco" Nolasco. Este practicó el "cocatahuicchuy", o lo que es lo mismo, la
lectura de las hoj as de coca valiéndose de una ceremonia ritual. El diagnóstico del curan–
ro fué "Almanc hocasca" o "Manchariscca" o sea "alejamiento del alma por susto", quizá
una psicosis funci onal. Como los familiares del arriero no creyeran en las afirmaciones del
"paco", este recurrió a la comprobación de su diagnóstico, practicando el procedimien to
<iel
" Cutisc hisca", haciendo hervir orina podrida con colpa. Cuando esta mezcla estuvo
en ebulli ción,
el
mago. vió a través de las burbuj as producidas por el hervor, las escenas que
habían motivado la locura del paciente. Ascendían a 18 años atrás y relató que en cierta
ocasión de regreso de los valles de Asunción, al subir la cuesta de Trece cruces, en com–
pañía de su padre político y de dos hombres más, fu eron sorprendidos por un rayo. Murie–
ron el padre y un acompañan te. Al practicar
el
"Cutichisca" , recurrió a la ayuda de los
"auquis" o almas de los cerros y de los "apus" , esplritus de los nev ados o totems. Estos
afirmaron que el enfermo sanaría, ordenando a los familia'res del pacien te, se encon traran
por la noche a la orilla del do. Allí, el paco, a horas avanzadas de la noche, comenzó de
«rodillas", la fren te pegada al suelo, jun to a la ropa del enfermo, a conjurar los espíritus
mal hec hores, pronunciando en quechua la siguien te oración psicoterápica: "Apullay! Au–
q~~lay.
Ccantahu acyacuyqui, tucu y conccoyhuan, huahu a masiitan animunta p'pahua–
-c hisccacu, chaita cu tisc hi sun. Caic'a pagayquip as untasc'ca. ¡Auquillay! ¡Mamapacha!
Cu tichimu y huahu ayqui ta tillay shan huaccayashan; pan ttapantata puriscan, cu tiya–
pushllnchay animan maiman llucsisc anmanta".
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Qu e traduciéndolo, significa) "Mi Di os Todepoderoso, mi Dios Tutelar, a tí te in-
'Vaco
con todo mi corazón p ara hacer volver el alma de mi semejan te que se ha separado.
(1).-
P ARDA L,
RAMoN.-Medicina aborígen amerir.ana. Buenos Aires, 1937.
(2). -
KUCZyNS KI GODARD, MAXIME
H.-Folletos médico-sociales. Lima, 1945.