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Las Curaciones por las fuerzas del Espíritu.

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hab lando con el sol y con Líbiac, "llamándole su hacedor y su criador y pidien–

dole que le ayude" . Invocan a Mamacocha, o el mar, para que les de salud; a

Mamapacham, a las fuent es, ríos, cerro's altos, piedras nieves, a los Huaris o pri–

meros pobladores, a las huacas en general, a los Malquis, "que en lós llanos lla–

m an Munaos, que son los huesos o cuerpos enteros de sus progenitores gentiles",

a las cconopas, a las pedrezuelas "I arguilla s" , a las piedras bezares, etc .

La

brujería

y la magi a, marchan unidas en la medicina incaica. Todo pro–

viene del sistema animista o periodo pre-16gico de la humanidad . Son una serie

de prácticas que alejar o causan en ferm edad . El poder especial o propiedad parti–

cular de un objeto, residí a en su s partes, "y que se le podía obtener, apoderan–

dos e de una de dichas partes

(1).

Tal es el origen de l as manipulaciones con el

re t rato, el nombre, la sangre, uñas, cabellos, saliva; los amuletos, etc. Todo cons–

tituye el arte de la taum a turgia, ejercitada por los Laycca y Umus en el Incana–

t oo Pero, el c anibalismo, lo s sacrificios de que n os hablan los croni st as, es otra

forma de bruj ería simb6lica. La san gre, que t iene cualidades buenas o malas,

ingerida, proporciona en el nuevo organi s mo, dichas buenas o malas cualidades.

P or eso Garcilaso nos dice, que tenían gran afici6n por sacrificar a lo s j e fes vale–

rosos del ej ército vencido, para que chu pando su sangre, les tr asmiti era el valor.

E l brujo cur a la enfermedad desalojando los demonios del cuerpo de la

víctima. Tam'bién el brujo revela las infr acciones cometidas contra el tabú, la

prohibici6n; o tr aslada n do la enferm edad a un anim al, para que así se libre el

e nfermo. Es el procedimi en t o d el Hu yhuachi de que desp u és h ab lar emos, o tras–

laci6n de la enfermedad al cue rpo del cuy.

Estos demonios o espíritu s sob re los qu e actúa el brujo, son muy numero–

sos en la mitología inc ana. El Supa y , o espíri tu del demonio, es el más importan–

te. En cie rt as tribus primitivas, los ac h achilla s son espíri tu s tutelares, que velan

por la salud de los h abi t ante s. E n otras tribu s, es el lari - Iari, el quepqu.e, t;: tc, de–

monios malos, que producen enfermedad. Mas h ay ot ros, que ope ra n sob re el

ánima, como el Cama-Ccari, que con ' el hum o del i huin qui, produce el delifio o

1a locu ra. Los manchach.icucc, que asu sta'n, espíritus vagabundos, que penan

po r algún delito cometid o.

Espíritus y dem onio s, en el concepto a nimista del pueblo primitivo que

es el inc aico, tienen su derivaci6n h acia la medicin a mágica y el desarrollo de las

enfermedades, tanto o rg ánicas, como psíquicas. Estos demqni os, d esgajad os d el

totemismo, adquieren pode r para producir la enfermed ad orgánica o la psíqu ic a,

y a el paludismo, o el su sto y la an siedad, el deliri o y l a locur a. P ero h ay o t ros es–

píritus buenos, que intervienen en los pr ocesos fisiológi cos, co mo el su eño, Pu-

(1).-

SP ENCE R,

HERB ERT.-Principios de Sociología. Madrid, 1883.