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R evista del Museo Nacional: T omo
XIV.
En enero h ací.a n sacrificios y ay unos en su s templos, adoratorios y huaca s.
Guamán Poma
O),
dice:" .. . . el primero mes de ener o capllC ra y mi camayquilla
este mes hazian sacrifici os y ayu nos y penitencias y tomauan cenisa y se ponian
ell os y en sus puertas los echauan hasta ay lo h azen los yñs y hazían procisiones
esta ci one s de los templos del sol y de la lun a y de su s dioses uacabilca s y en otras
hu acas yd olos de cada templo y d e serro en serro andauan hazi en d o se ri monias
y llorando y lelleuaua ad el ant elos pontifices hich ezeros y sacerdot es confes os . . . . ..
Las p enit encia s -entre ellos eran bas tante ri gu r osas. No comí an manjares,
ni probab an sal. " Procisiones qu e hazía n los y ngas y ayunos y
p~netencias
a los
sacrificios un mes no comian nin gún manjar ni p roua u a n sa l comun, comian ma y s
crud o bl a nco con yuyos q le Il amu an ciel la-eso comia dos ues es al dia almo r–
za ua sen a ua y n o dormi a con mugeres y cie mpr e es tau a tri ste cin conversaciones
los oj os al suel o y cub ie rt o de luto todos los hombres y mugeres en t odo el rr ey-
"
n o .
La procesión para a hu ye ntar las enferm edades y epidemias, tenía idéntico
significado que la fiesta del Coya R aymi o Citúa. Gu a m án P oma nos cuenta:
" Proci sió n para echar enfermedades y pistilencias tr aia n hondas con fuego aro
mados como ci pele ar an en la batall a aci los hauian en la ciudades
y
de las uill as
y
pueblos de todo rr ey no por mand ado del ynga". H ay en s u libr o una lámi na
que r epresenta con luj o de detalles es t a cerem nia y es ta proce ión de profilaxia
co lec tica o habl and o en el lengu aj e de la época, de purificaci ón .
Este ay un o, en pueb lo supersticioso como
el
indiano, segurament e se rl a
ll evado con tod a estrictez, como lo describen en el caso de l os pontifices
y
hechi –
ceros; y en no pocos indios, déb il es o p redispues t os en su sistema nervi oso, pr o–
ducirlan fenó menos de
éxtas.is, tal co mo se lee en las hi s torias de lo s sa nto. Ade–
más, el uso de los estupefacientes, la coca principalmente, usada en los ritu a les
y eremonias de es t os pontí·fices, cre a en ciertos casos un estado d e alucin ació n.
Cos a ic;l én tic a pasa con el u so del peyotl en México, q u e trae consigo extraordina–
ri as alucin acion es: visio n es lu minosas, centellas, etc. Conocemos por la medici–
n a, que l as personas so metid as al ayuno, padecen de fe nóm ; n os de autoin t oxi–
cación: exc it ac ión, alu cinacion es, etc. Durante el tiempo de la penitencia, n o p o–
dían los indígen as, ni bail ar, ni t ener acceso carnal ni comer sa l, ají, carne o frut a.
Solo era permitido tomar maíz blanco.
En los ayunos y penitenci as, debemos ' ve r otr a forma de la psicología ani–
mí stic a del hombre primitivo. Des h ace r se de la s impurezas, como lo h acen lo
guerreros ant es de entrar en batall a, para h acerse men os vulnerables, como di-
(/)._ GUAMAN POMA DE AVALA,
FELlPE.-NuevQ Cor6nica
y
Buen Gobierno (CodEx
¡Ilu strE). Paris, 1936.