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Las Curaciones por las fuerzas del Esp fritu.

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ría F r eud, a la influ encia mágica. Y los sacerdote,; que se someten a estos ay u –

nos r iguor osos, están más en aptitud de ponerse en cont ac to con la divinid ad ,

para ofr ecerle, regalos, sac rificios, y aplac ar su c61er a y enojo.

La idolatría esta ba en la b ase d e su sistema creyent e. En el Cuzco, centro

del Imperio, era donde p rincipalmente se hacían, y t od as las provi n cias se guia–

ban por

el

cer e m~n ial

imperial. Habían ado ratorio s especiales, dotados de gran

servi1cio d e hombres y mujeres. Ofrecía'n la chi cha, brebaje hecho de m aíz, a "ma–

n'era de cerveza", in dicand o que el padre Sol, bajaba a beberla. Además, un ídol o

que representaba al Sol, presid ía la ceremonias, y al cua l le h ací an gr an d es reve–

ren cias, no osando pasar por la call e, ni en'trar calzado al templo.

L a hu aca, o ado r ato'ri o sag r ado, er a el lugar des tinado para la idolatría.

Creí a n que es ta s hu acas er an criadas por el Padre Sol. Allí mochab a n la tierra,

porque creían que tenía madre. Al vinagre, o madre del mar le

tení~n

gra'n

res peto. Y al gr'a no de oro, le hen c hían de sangre, po ni {;ndol o en un ador atorio .

Ofrecían la

co.ca

al sol, así como, por lug a r sag r ado que pasasen, ponen sae t as

ensangrent'adas y ofrecen lo que llevan . Muc h as veces se tiran de las cejas y pes–

taña s, ofreciéndolas con gran reve r encia a la d ivi nidad. Más, al p,asar, no osan

levant a r la voz, ya q u e si hablaren, se en oj ar án los vientos y ec ha r á n mucha nI e–

ve y los ma t arán,

Ya entrada la Conquista, t odavía los indios continuaban e n su s prácticas

primiti vas . Y Moli n a nos describe, como traían, en abril de 1535, todos los ído–

los d e los adoratorios al Cuzco, colocándolos bajo t oldos de plumajes mu y ricos

y "bien obrados",

h'~c i endo

de esta t olde ría, una call e; y durante todo

el

día, es–

tos ídolos, que tenían a su ' serv icio mu chos hombres, los cuales "es t aban mo s-e

que a ndo con s us

ave ntor~s

de plumas de cisnes, de espejuelos; y sus mamaco–

na s, que son como beatas, en cada toldo había como doce

p

quince".

f:Iua~a,

ídol o, fetiche, amu leto, ekekko, con st itu yen todos elementos del

fetichismo, el que a su vez, lo es de la magia y del sistema a nim ista del hombre

primitivo . Huanca y es íd olo, y hu a canqui, tu idolatrarás a lo sag rado en su sis–

t e ma primero: a la s penas, los st:pulcros, los t emplos, los árboles viejos, a los apa–

chetas, arr oyos, ríos, etc. Y la Cconop a, es

el

muñeco, el fetich e donde reside el

espíritu. Serán los runap - Ca man ,

I JS

piedras bezares, el sarap, cconopan, el pa–

pap-cconopan; o los va ri ados am ul e t os, objeto$ pasivos, que no requieren ado r a–

ci6n del mu yu o churru , o con c h a d e mar, las esmeraldas o umillas, el illa , los

hu acanqu i, etc. P ero es tos, son en rea lidad, talismanes; obje t os ligado s al deseo

de posesi6n de la persona amada; como los soncco-apa chinacuc los huacachin a–

cuc, el hu an arpu y el chotarpu. Pérez P alma dice: "Encon tramo

n el estudio

,"