siempre, todas las puertas y ventanas de los Inkas. La
arquitectura inkaica es peculiar y característica. Doquiera
que fué introducida, entre las naciones de la Costa o en
otras partes del imperio, puede reconocerse a simple
vista. En su pesadez, la inclinación de sus muros, el estilo
de sus cornisas y en algunos otros respectos tiene ciertas
analogías con la arquitectura del antiguo Egipto; pero
la semejanza no es tal, que implique necesariamente re–
lación ni comunicación entre Egipto y el Perú. El pro–
greso de la arquitectura ha debido seguir la misma senda
y
pasar, por las mismas etapas en todos los países y la
arquitectura primitiva, como las ideas primitivas, debe
tener un parecido.
·
Algunas de estas paredes son macizas e imponentes
compuestas de piedras ásperas y pesadas. Las que sostie–
nen las t errazas del templo de Inka Ruqqa, en la calle del
Triunfo, sÓn de una sienita compacta de granos finos en
bloques que pesan varias toneladas, unidos con maravillo–
sa precisión. Entre las piedras de este muro hay una de
gran tamaño que ha sido designada por los cronistas como
la piedra famosa de doce ángulos,
número de ángulos
entrantes y salientes que en efecto tiene cada uno de los
cuales coincide con los de las piedras vecinas.
Los edificios públicos de todos los pueblos -templos,
palacios y escuelas- son los más duraderos y creo que
las ruinas del Cusco pertenecen todas a esta clase. Las
casas del pueblo han desaparecido aquí aunque se encuen–
tran en abundancia en otras partes; pero queda lo sufi–
ciente de los palacios y templos del Cusco, para permi–
tirnos, con la ayuda de las antiguas descripciones,
el
reconstruir con tolerable exactitud, su forma y carácter
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