CARLOS CAMINO CALDERON
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Añaden que casi siempre,
lo~
que ven
encantos
pierden la
razón. Pero si tienen la suficiente presencia de ánimo para
descalzarse el pie
izquierdo, y arrojar el zap?-to
contra
el
encanto,
éste desaparece inmediatamente.
Es
condición
sine qua non
que el zapato que se arroJe,
sea el del pie izquierdo.
ENGANCHA HERMANO! YO SOY LAMBAYE–
.CANO! DAME LA MANO!.-Este dicho corre parejo con
este otro de procedencia también
lambayecaria
:-¡Primero
paisano que Dios!-
Para los lambayecanos, no hay vínculo más fuerte que
el del paisanaje. Y parece que cuando dos lambayecanos se
encuentran en Lima, el vínculo se fortalece más. Entonces, u–
na
~e
las r:nás delicadas fruiciones es
rajar de los limeñitos
amariconáus ..... .
Verdad que todos los provincianos
rajan,}
pero ninguno
mja
con la gracia que
rajan
los zambos de la Generosa y Be-
nemérita ...... Especialmente cuando
lucen
sus elegantes
colepatos1.
.... .
ENGUAYANCHAR.-En el departamento de Lam–
bay€que se llama
enguayanchar,
al acto de enlazar. corazones
por medio de la brujería.
Los
mestros
que se dedican a esta práctica, se denominan
enguayanchadores
y no se ocupan sino en cuestiones de amor.
Son ·los que ganan más dinero.
Los mejores
eng~tayanchadores
son los del pueblo de Sa-
las.
El ·hecho de
enguayanchar)
consiste en comunicar virtud
a un pañuelo, un 'mechón de ·cabellos, una carta, etc. para que
sirva de agente entre dos personas.
Los
enguq,yanchadores
preparan y venden los famosos
Seguros de A mor
que son frasquitos de cristal en los que hay
Agua Florida, trocitos de Hierba de la Señorita, Hierba de
la Justicia, Lancetilla, Moradilla, Clavel Blanco, etc. La
vt:r–
tu,d
del Seguro depende de la calidad del material que ha en-
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